Una calle del barrio Trinidad recuerda a Juana Pabla Carrillo de López, quien llegó a ser esposa y madre de dos presidentes del Paraguay
Como continuación de la serie de entregas sobre los nombres de las calles de Asunción y la historia que encierra cada una de esas denominaciones, elaborada por la señora Evanhy de Gallegos, se brindarán datos sobre la vida de Juana Pabla Carrillo Viana de López, la “presidenta” que vivió y sufrió los momentos más gloriosos y dramáticos de la historia del Paraguay, a quien con una arteria capitalina se rinde homenaje.

Por la Ordenanza N° 649 de 1942, se denomina así a una calle próxima a la intersección de las avenidas Artigas y Primer Presidente, aledaña al Botánico. Arranca en la calle Lorenza viuda de De las Llanas y se dirige al este hasta la calle de Los Ángeles. Es paralela al suroeste a la calle Tte. Manuel Andino y al noreste a la avenida Primer Presidente. Recorre los barrios San Rafael y Santísima Trinidad.
Luego de terminar sus estudios don Carlos Antonio López, quién se convirtió en el hombre más importante de la historia del Paraguay, conoció a una rica joven asuncena, Juana Pabla Carrillo Viana, nacida el 24 de julio de 1807, hija de Pedro Ignacio Carrillo y Cavañas y de doña María Magdalena Viana Larios.
Juana Pabla Carrillo Viana fue la esposa del presidente de la República, don Carlos Antonio López Insfrán, y madre del también presidente de la República, Francisco Solano López Carrillo.
La historia de Juana Pabla Carrillo
Don Carlos Antonio López Insfrán tenía 34 años cuando conoció a Juana Pabla Carrillo Viana de 19 años. Se casó el 22 de julio de 1826 en la iglesia Catedral de Asunción.
En el matrimonio López – Carrillo al poco tiempo comenzaron a venir los hijos: al año el primogénito Francisco Solano, el 24 de julio de 1827; luego Venancio, nacido en 1830; Rafaela, nacida el 23 de noviembre de 1833; Benigno, nacido en 1834 e Inocencia, en 1836.


Los días transcurrían tranquilamente, por la acomodada posición social de la pareja, a la que no faltaban medios económicos, debido a que el segundo esposo de la madre de Juana Pabla, era tan o más pudiente que los Carrillo y los Viana.
Cuando su madre, doña María Magdalena Viana, enviudó en 1814 de don Pedro Ignacio Carrillo, se casó con don Lázaro Rojas de Aranda, el 21 de abril de 1817, en la iglesia Catedral.
Su segundo esposo, hombre de gran fortuna, durante muchos años había sido recaudador de impuestos en el gobierno de don Gaspar Rodríguez de Francia, miembro de una familia de antiguo linaje, que hizo fortuna instalando una fábrica textil, en tiempos en que solo se usaban telas de industria nacional, debido al cierre de las fronteras.
La madre de Juana Pabla Carrillo Viana, Magdalena Viana Larios de Rojas Aranda, falleció en 1842. Su segundo esposo, Lázaro Rojas de Aranda, falleció un año después, en 1843, dejando su herencia al primogénito Francisco Solano López Carrillo, su ahijado de bautismo, a quién ya había obsequiado la propiedad donde hoy día se encuentra el Palacio de Gobierno, construido para su residencia.
A los 16 años, Francisco Solano ya era triplemente acaudalado: por los Carrillo, los Viana y por Rojas de Aranda.
Rojas de Aranda no tuvo hijos propios durante los 22 años que estuvo casado con María Magdalena Viana.
La vida de la Presidenta
Los recién casados Carlos Antonio López – Juana Pabla Carrillo Viana en 1826, vivieron, primeramente, en el hoy Museo del Jardín Botánico y Zoológico de Asunción, entonces quinta de los Viana.
Don Carlos actuó como administrador de los bienes de su esposa, poseedora de estancias en un territorio extenso, que iba desde el río Manduvirá, donde poseían la estancia Olivares y otros establecimientos, hasta el río Jejuí.



En Itacurubí del Rosario y en Villa del Rosario siguen en pie las casas coloniales de doña Juana Pabla Carrillo de López, donde residieron siendo sus hijos todavía pequeños.
Cuando don Carlos Antonio López fue presidente de la República, mandó edificar la Casa Alta en la quinta de Trinidad. Desde el balcón, se podía observar el centro de Asunción. Esa fue una de las casas desde la que ejerció su rol de esposa y madre doña Juana Pabla Carrillo.
Con los años, para estar más cerca de sus actividades, la pareja mandó edificar otras residencias, como la de las cercanías del parque Caballero y la que quedaba calle de por medio, en diagonal, frente a la iglesia Catedral. En dicho lugar, en la actualidad se encuentra el local gastronómico Lido Bar.
Juana Pabla Carrillo Viana de López se ocupaba también de sus nietos, hijos de sus varones no casados, y de atender los deberes como esposa de don Carlos Antonio López. Se le llamaba: “la presidenta”.
No estuvo de acuerdo con la decisión del hijo de formar pareja con la irlandesa Elisa Lynch, por su condición de divorciada. Tampoco con los concubinatos de sus hijos. Ninguno se casó. A todos los nietos cobijó en su casa. Sus hijas mujeres se casaron con hombres de prestigio social y adinerados.

Durante la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay, Juana Pabla Carrillo viuda de López fue acusada de atentar contra la vida de su hijo presidente. Tanto ella como sus hijas, los esposos y sus hijos varones cayeron acusados de conspiración.
El Mariscal López perdonó la vida tanto a su madre como a sus hermanas, aunque llegaron a Cerro Corá en una carreta vigilada, ante la certeza de que participarían en más de una conspiración mortal.
El 1 de marzo de 1870, en medio del fragor de la batalla, doña Juana Pabla Carrillo pidió socorro a su hijo: “Socorro, Pancho”, le gritó. Y él se limitó a responderle: “Señora, fíese de su sexo”. Con eso, la tranquilizaba.
Por regla general, las mujeres eran respetadas por su condición femenina, cosa que no siempre ocurrió durante la Guerra de la Triple Alianza. Las mujeres fueron objeto de la lascivia y el abuso de la soldadesca e incluso muertas si presentaban batalla.

Esa noche del 1 de marzo, en Cerro Corá, las hijas mujeres de Juana Pabla Carrillo, hermanas del Mariscal, fueron llevadas a las carpas por los máximos jefes.
Inocencia se convirtió en pareja del general José Antonio Correa Da Cámara, quien tenía esposa y cinco hijos en Río de Janeiro. En 1871 nació Adelina López Carrillo, hija de Inocencia y de Da Cámara.
Rafaela se convirtió en pareja de Milciades de Azevedo Pedra, militar brasileño, con quien se casó, teniendo un hijo: Pompilio.

La quinta hoy día Jardín Botánico y Zoológico de Asunción, se salvó de la apropiación de brasileros, debido a que el esposo de Rafaela López Carrillo fue un defensor de los derechos hereditarios de su esposa. Compró el predio del jefe brasileño que quedó dueño de la propiedad y la tituló a favor de su esposa y sobrinas.
Juana Pabla Carrillo Viana vivió las glorias del máximo poder político de su esposo y de su hijo, pero la Guerra de la Triple Alianza la arrasó.
Fue una de las mujeres más acaudaladas del Paraguay. Al final de su vida, en términos económicos, tuvo que quedar a merced de lo que pudo salvar, para su familia, el esposo brasilero de Rafaela.
Falleció el 12 de julio de 1872.