Una calle de Asunción recuerda a Santa Teresa de Ávila, fundadora de la Orden de los Carmelitas Descalzos
Como continuación de la serie de entregas sobre los nombres de las calles de Asunción y la historia que encierra cada una de esas denominaciones, elaborada por la señora Evanhy de Gallegos, se brindarán datos sobre la vida de Santa Teresa de Ávila, religiosa española fundadora de la Orden de los Carmelitas Descalzos, a quien con una calle capitalina se le rinde homenaje.

Por la Ordenanza Nº 649 de 1942, se denomina avenida Santa Teresa a la larga vía que arranca en la avenida Aviadores del Chaco al Noroeste y se extiende al Sureste hasta los límites con la ciudad de Fernando de la Mora, próxima al arroyo Itay, en los barrios Ykua Sati, San Jorge, Ytay y Santa María.
Datos sobre su vida
Teresa de Cepeda y Ahumada nació el 28 de marzo de 1515. De niña leía la vida de los santos. A los 15 años, su padre la mandó educarse en el convento de las Agustinas de Ávila, experiencia que la llevó a hacerse religiosa.
A los veinte años, empezó a tener visiones, experiencias místicas, incluso de transverberación, lo que significa que veía su imagen fuera de su cuerpo y sentía su corazón atravesado por una espada que blandía un ángel. Santa Teresa sentía el dolor en el pecho.
Cuando estaba en éxtasis, se veía elevándose del suelo a una altura de un metro. En esos tiempos, el reino de España estaba en pleno descubrimiento y ocupación de América.
Todos sus hermanos varones se enrolaron en las distintas campañas. Rodrigo, dos años mayor que Santa Teresa, en 1535 se enroló para el viaje a América, lo mismo que Luis, a las órdenes del Adelantado don Pedro de Mendoza. Anduvieron por Paragua-y, la original Asunción.
En “Descripción e historia del Paraguay y del Río de la Plata”, texto basado en los relatos de los primeros cronistas del Río de la Plata: el soldado Ulrico Schmidl y el capitán Ruy Díaz de Guzmán, se lee que Luis Pérez de Cepeda, hermano de Santa Teresa, con el capitán Juan de Ayolas, corrió su misma suerte, siendo asesinado en las costas de Bahía Negra.
En 1537 la joven Teresa tomó el hábito de las Carmelitas.
Fue una ilustre escritora. Sus más famosas obras son: Moradas o Castillo Interior, Un Camino de Perfección, Libro de mi Vida.
Santa Teresa estuvo siempre en continua lucha contra la rigidez de la iglesia católica, incluso se le hicieron juicios por la Santa Inquisición y estuvo a punto de ser quemada en la hoguera.
Sus emblemas son: un corazón, una flecha y un libro.
Produjo milagros. Su primer milagro fue la resurrección de su sobrino Gonzalo Ovalle, hijo de su hermana. El niño volvió a la vida tras las oraciones de la santa, mientras se construía la primera fundación de la santa en Ávila.
Murió el 4 de octubre de 1582, aunque tres años después, cuando hubo un traslado de su cuerpo a Ávila, se confirmó que su cuerpo estaba entero, “incorrupto, tan entero como se enterró” y “la sangre del cadáver examinada por los médicos, estaba fresca, como si estuviese viva”.

Cuando en 1591, por los procesos de beatificación y canonización, los cirujanos de Salamanca, los más famosos, abrieron el cuerpo y “le sacaron el corazón, que estaba todavía incorrupto, sintieron que la mano derecha todavía tenía pulsadas”.
Fue beatificada en 1614, canonizada en 1622 y proclamada doctora de la iglesia en 1970.
Su oración más conocida es: “Nada te espante, nada te turbe, todo se pasa, la paciencia todo lo alcanza, solo Dios no se muda, quien a Dios tiene, nada le falta. Solo Dios basta”.
