Una calle de Asunción recuerda a Juan Bautista Alberdi, librepensador argentino que calificó la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay, como una guerra de porquería, una guerra de bosta

Prosiguiendo con la serie de entregas sobre los nombres de las calles de Asunción y la historia que encierra cada una de esas denominaciones, elaborada por la señora Evanhy de Gallegos, se brindarán datos sobre la vida de Juan Bautista Alberdi, que definió a la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay como: “Guerra de deshonra, guerra de porquería y guerra de bosta”, a quien con una arteria capitalina se rinde homenaje.

Por Ordenanza N° 649 de 1942 es llamada así a la tercera calle paralela al oeste de Independencia Nacional.  Cruza de suroeste a noreste la ciudad de Asunción.  Nace en la avenida Sebastián Gaboto y se extiende hasta la calle El Paraguayo Independiente, frente al Centro Cultural de la República.  Es paralela al noroeste a la calle 14 de Mayo y al sureste a la calle Chile.  Atraviesa los barrios Roberto L. Petit, Obrero, Tacumbú, La Encarnación, Catedral y Ricardo Brugada.

El célebre libre pensador y escritor argentino fue un gran defensor de la causa paraguaya.

Datos sobre su vida

Juan Bautista Alberdi nació el 29 de agosto de 1810 en San Miguel de Tucumán, hijo del español don Salvador Alberdi y de la criolla doña Josefa Araoz Balderrama.

Cuando falleció el padre de Juan Bautista, el adolescente viajó a Buenos Aires, donde el doctor coronel Alejandro Heredia le consiguió una beca en el Colegio de Ciencias Morales.

Finalmente, con el transcurrir de los años, culminó sus estudios en el Colegio Nacional de Buenos Aires y en la Universidad Nacional de Córdoba.

Alberdi fue pianista.  Sus primeros libros publicados en 1832 fueron sobre música de piano.

En 1837, tuvo un hijo, sin casamiento de por medio, con Petrona Abadía Magán.  Manuel Alberdi Abadía nació en Buenos Aires.  Dicen que fue un punto oscuro en su vida.  No le dio el trato de hijo.

En 1838 vivió en Montevideo.  Es el tiempo en que empezó a interesarse por el país y su desarrollo.  Trabajó como periodista.  Tenía 28 años.

Para 1843, estando en París, se encontró con el general San Martín, quien le produjo honda impresión.  Regresó a América, pero se desarrolló en Valparaíso, Chile.

Comenzó, entonces, la etapa de la madurez intelectual del escritor. Tenía treinta y cuatro años.  Era licenciado en Leyes y doctor en Derecho.

Para ejercer la abogacía, preparó una tesis que provocó el primer encuentro con Sarmiento, de quien era enemigo.  Atendía en su bufete del Hotel Inglés en Santiago.

En 1852 escribió: “Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina”, que envió a Justo José de Urquiza, presidente de la Confederación Argentina.

Dicen que le quiso pagar con el nombramiento de Encargado de Negocios que le ofreció y no recibió “para que no digan que su libro era una escalera para subir a los empleos”. 

Dos años después, comenzó su carrera diplomática al servicio de la Confederación Argentina.  Fue a los Estados Unidos, a Gran Bretaña, a Roma y al Vaticano.  Urquiza le ofreció también el Ministerio de Hacienda, al que se negó.

Después de la batalla de Cepeda y del triunfo de la Confederación, en 1860, el general Urquiza se alió con Bartolomé Mitre, traicionando a sus compañeros de causa.

La Aduana y el Puerto de Buenos Aires, manejados por Bartolomé Mitre, se cerraban para el Paraguay y los caudillos de las provincias estuvieron en desacuerdo por haberse aliado Mitre con el Brasil y apoyar su avance sobre el Uruguay.

Juan Bautista Alberdi comenzó una intensa campaña a favor de las provincias y apoyando al general Solano López, quien se veía obligado a responder con las armas, al quedar encerrado, sin ríos abiertos para salir al océano.

Alberdi explicó, en sus numerosos escritos, el verdadero problema que originó la guerra.

Dijo que la cuestión del Paraguay se dio por lasituación con el interior de Argentina.  “La guerra del Paraguay jamás hubiera llegado a existir si Mitre hubiera estado por la unión argentina.

Manifestó que, tanto Mitre como Sarmiento, necesitaban un pretexto internacional para sofocar a las provincias.

La alianza con el Brasil, que sometió al Uruguay, fue el pretexto de Mitre – Sarmiento para la guerra contra el Paraguay.

La guerra periodística en La Nación

En 1879, cuando todo terminó, Alberdi decidió el retorno de su exilio europeo y llegó como diputado por San Miguel de Tucumán.

Se había ido del país a los 28 años y retornaba a los 69 años.  Dicen que se reconcilió con Sarmiento, pero no con Mitre.  El haber estado en contra de los aliados contra el Paraguay, le marcó hasta el final de su vida.  Fue destituido, sin oportunidad ninguna de trabajar. 

El diario La Nación de Mitre lo denigró en una campaña periodística terrorífica.  Para sobrevivir, tuvo que volver a su exilio europeo. 

Murió solo el 19 de junio de 1884.  Dejó en herencia a su hijo Manuel, sus escritos no publicados, su biblioteca y derechos de autor de sus libros.

Sus restos fueron depositados en el cementerio de Neuilly Sur Seine, ubicado en Francia, hasta que el 27 de abril de 1889 fueron repatriados y enterrados en el panteón de un amigo.

El poder del periódico La Nación, las diatribas diarias contra Alberdi y la orden de Mitre de perseguirlo a muerte, siguieron inclusive hasta 35 años después de fallecido.

El 17 de junio de 1889, en el Teatro Nacional de Asunción, se ofreció un homenaje a Alberdi a teatro lleno.  Estuvieron el general Bernardino Caballero, Antonio Taboada, César Gondra, Cirilo Solalinde y Gregorio Benítez.

Otras noticias