Una calle de Asunción lleva el nombre Alférez Mauricio José Troche, el más desconocido de los próceres de la Independencia
Como continuación a la serie de entregas sobre los nombres de las calles de Asunción y la historia que encierra cada una de esas denominaciones, elaborada por la señora Evanhy de Gallegos, se destaca una calle capitalina que lleva el nombre del Alférez Mauricio José Troche, el menos conocido de los próceres de la Independencia, que fue inclusive establecida primero en una zona de la ciudad, y luego trasladada a otra.
Y, justamente, sumando más datos a la falta de valoración del rescate histórico de la vida privada del prócer de la Independencia de 1811, se señala que su nombre figura en una calle por la Ordenanza 2621 de 1979.
La calle Alférez Mauricio José Troche, del Grupo Habitacional Aeropuerto, nace en la rotonda al oeste y se desplaza hasta las inmediaciones del arroyo Itay, en el barrio Ytay.
Inicialmente, por ordenanza, llevaba su nombre la calle actualmente conocida como Sicilia y la que, a su vez, se denominó Justicia, hasta la mudanza del nombre al barrio Ytay, casi en el límite con Luque.
Del Alférez Mauricio José Troche se sabe poco y cada historiador consultado, ha escrito relatos diferentes, en cuanto a su vida privada, fecha de su nacimiento y su fallecimiento.
Una mayoría de ellos dice que fue hijo de José de Troche y Josefa Benítez, nacido en San Isidro Labrador de Curuguaty en 1785.
Otros dicen que nació en 1786 y hasta hay quién dice que fue en 1790.
También se ha escrito que don Gaspar de Francia no lo mandó apresar y otros historiadores relatan que estuvo preso y que se lo condenó a muerte, a golpes de lanza, en marzo del año en que también falleció don Gaspar de Francia, en 1840.
Hay quienes afirman que nunca se casó y que tuvo hijos reconocidos y otros, como el escritor e historiador Fernando B. Constantini, dan el nombre de su esposa y de sus hijos.
Ante la decisión de asumir una de las versiones de la vida del gran prócer de la Independencia, en este texto seguiremos la de Fernando B. Constantini, autor de: “El retrato del capitán Mauricio José Troche, historia de la estirpe prócer”.
El libro fue presentado en 2011 y tiene datos que suman elementos sobre la grandiosa vida de Troche.
La historia de Troche, según Constantini
Según relata en su libro de historia novelada el autor Fernando Constantini, el prócer Mauricio José Troche fue hijo del migrante genovés Mauricio Giuseppe Troche Monti y de la paraguaya María del Carmen Jovellanos y Santillana.
La familia materna se dedicaba a la explotación de yerba mate en Curuguaty, donde los Troche hicieron sus vidas.
Al año de casados, nació Mauricio José.
Ante la decisión del futuro prócer Troche de convertirse en militar, sus padres le enviaron a Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata, donde llegó a recibirse de oficial permanente del ejército de España en América.
A su regreso a Curuguaty, integró la base militar de esa localidad.
Durante las Invasiones Inglesas, fue incorporado a la fuerza del coronel Espínola y Peña, siendo uno de los 834 hombres que envió la Intendencia de Paraguay, para defender al gobierno español en el Río de la Plata.
Allí conoció a muchos otros futuros próceres, que también lucharon contra los invasores ingleses, defendiendo la posesión española y, más tarde, la Independencia del Paraguay.
Retornó luego de sus estudios a Curuguaty, siendo nombrado en el Cabildo de la Villa como procurador.
En 1810 vino a Asunción, a sumarse al ejército en la defensa del Paraguay, contra la expedición armada del porteño general Manuel Belgrano.
Estuvo al frente de un importante contingente de soldados curuguateños.
Luego del triunfo en Paraguarí y Tacuarí, quedó como jefe del Cuartel de la Ribera.
Estuvo en la conspiración desde la primera hora. Participaba de las reuniones donde se complotaba contra el poder español, en la casa de los Martínez Sáenz, actual Casa de la Independencia.
Fue el capitán Mauricio José Troche, con la tropa curuguateña, el que aseguró el triunfo de la revolución, apoyando a Caballero e Iturbe, para adueñarse del cuartel.
Al día siguiente de la deposición de Bernardo de Velasco, el capitán Troche figuraba entre los principales caudillos revolucionarios que firmaron el acta del 9 de junio de 1811.
Tras la Independencia, la actuación de Mauricio José Troche quedó relegada. Desapareció del primer plano.
Constantini dice que, en 1811, se casó con Amalia Isabel del Castillo y Vertiz, en la iglesia de La Encarnación, y que la joven era hija de un importante ganadero de San Ignacio Guasu. Troche tenía 29 años.
A mediados de 1812, el capitán se hallaba de regreso en su villa natal, desempeñando el cargo interino de comandante de milicias, por ausencia del titular Manuel Antonio de Villalba.
Al año siguiente, la Primera Junta de Gobierno lo comisionó para dirigir la elección de diputados, que ese distrito debía enviar al Congreso del 30 de septiembre.
El capitán Troche era el hombre de mayor prestigio de Curuguaty, muy popular y con gran influencia sobre el Cabildo local.
En 1815, elevó una nota a don Gaspar de Francia, solicitando retirarse del ejército para ayudar a sus hermanos en la yerbatera de Curuguaty.
Los historiadores dicen que el comandante Villalba, con quien tuvo desacuerdos, se vengó, acusándolo, ante Gaspar de Francia, de mantener contactos con sus amistades granjeadas, durante su estadía de estudios como militar en Buenos Aires.
Ese año, el dictador Gaspar de Francia le formó proceso y ordenó su presencia en la capital para prestar declaración.
El 21 de febrero de 1815, el cabildo de Curuguaty dirigió unanota al gobernante Francia, pidiendo la restitución de Troche a su pueblo natal.
La petición fue desestimada. Gaspar de Francia providenció: ”Hágase saber a don Mauricio José Troche que no se debe ausentar hasta otra provincia”. Y se quedó en Asunción.
Dice Constantini: “En 1825, fue apresado por ser favorable a Buenos Aires y mantener relaciones con un destacado miembro del ejército argentino: Felipe Alfredo de Madariaga y Ballesteros, amigo desde la época en que se formó militarmente en Buenos Aires”.
Fue llevado a la prisión cercana a la iglesia Catedral, donde actualmente se encuentra el Museo Monseñor Bogarín, y después de más de una década fue liberado y pudo recuperar su salud en la propiedad familiar, la conocida Quinta Troche, ya desaparecida.
La pareja Troche – Del Castillo llegó a tener siete hijos y una hija más, a quien su viuda, ya que nació póstuma, llamó Úrsula Concepción Troche del Castillo.
Un día de marzo de 1840, fue nuevamente apresado y condenado a morir a golpes de lanza.
Tres de sus hijos presenciaron su muerte.
Después de ser velado primero en la Quinta Troche, fue llevado a Curuguaty.
El historiador O’Leary encontró en el Archivo Nacional que, cuando menos hasta 1838, Troche estaba en la capital.
Es evidente que se refiere al tiempo en que fue liberado, para ser apresado años después y condenado a muerte en marzo de 1840.
Sus descendientes se destacaron por su valentía y amor a la patria.
Dos hermanas Troche fueron ascendidas a sargentas mayores por el general Bernardino Caballero, por su actuación en la batalla de Acosta Ñu.
Fue el general Bernardino Caballero el que salvó de la ocupación brasilera la Quinta Troche, pero, para entonces, ya era de una manzana solamente.
Hubo descendientes de los Troche que se destacaron en la Campaña de Corrientes de la Guerra de la Triple Alianza, tomados prisioneros y enviados a la Argentina, quienes volvieron dos años después de 1870.
En la Guerra del Chaco, se resalta la personalidad del doctor Juan Stefanich Troche, canciller de la república; Víctor Morínigo Troche, destacado intelectual; el teniente Reinaldo Gilberto Troche, quien tuvo destacada actuación en Yrendague, y el teniente Mauricio José Troche, que fue mejor egresado de la promoción de la Escuela Militar en 1918, y que fue espía en las posiciones militares de Bolivia, para dar información sobre la guerra que se avecinaba.
La saga de los Troche es muy extensa.
En el libro de Constantini se relata que cuando el pintor Pablo Alborno, en ocasión del Centenario de la República en 1911, pintó los probables rostros de los próceres, su boceto fue hecho en base al de Ursulita, la hija póstuma de Mauricio José Troche.
Constantini aporta el número de casa de la calle Luis Alberto de Herrera donde habría estado lo que quedó de la residencia de los Troche en “Luis Alberto de Herrera 988 entre las calles Estados Unidos y Tacuary, mientras la propiedad llegaba hasta la bahía de Asunción, desde la calle Brasil hasta la calle Iturbe y la avenida Doctor Gaspar de Francia”.
En la citada dirección, aunque se busque con la mirada cuál habría sido la casa remanente de la Quinta Troche, solo aparecen algunas propiedades abandonadas, que evidencian el tiempo pasado al que aludimos.