La calle Natalicio González recuerda a quien fue presidente del Paraguay, gran escritor y político
Como continuación de la serie de entregas sobre los nombres de las calles de Asunción y la historia que encierra cada una de esas denominaciones, elaborada por la señora Evanhy de Gallegos, se brindarán datos sobre la vida de Natalicio González, quien fue presidente del Paraguay, escritor prolífico y político, quien, al fallecer, provocó el suicidio de su enamorada esposa y al que con una calle capitalina se rinde homenaje.

La calle que lleva su nombre sustituye el nombre de la calle Bélgica, en el tramo desde el eje de nomenclatura de la avenida Mariscal López al norte, hasta la avenida Dr. Guido Boggiani al sur. La calle cuenta con solo dos cuadras de extensión y corre paralela a la calle Ulrico Schmild al oeste y a la calle R. I. 3 Corrales al este.
Historia de su vida
Natalicio González nació en Villarrica, el 8 de septiembre de 1897, hijo de Pablo González, recolector y envasador de yerba mate de Ygatimí, y de Benita Paredes, su madre guaireña que murió joven.

El padre de Natalicio González, con afiliación política en la Asociación Nacional Republicana (ANR), perdió todos sus bienes en la revolución de 1904.
Natalicio pasó su infancia en Guairá. Asistió a la escuela en Villarrica y cursó tres años de la secundaria. Siendo todavía un niño, murió su madre por negligencia médica y, cuando en 1917 también falleció su padre, emigró a Asunción.
Terminó sus estudios en el Colegio Nacional de la Capital y el escritor Juan E. O’Leary lo ayudó, introduciéndolo en la redacción del vocero de la ANR: “General Caballero”.
Se abrió paso rápidamente como periodista.
El 8 de septiembre de 1916, se afilia al partido político ANR y Arsenio López Decoud le invitó a ser redactor principal de la “Revista Fígaro”.
Entre los años 1917 y 1919, fue el redactor en jefe del “Diario Patria”. Estudió francés. En 1920 fundó la “Revista Guarania” y ese año se trasladó a Buenos Aires. Tenía 23 años cuando fue contratado por una empresa que realizaba publicaciones de lujo sobre países latinoamericanos.
Su pasantía por Buenos Aires le permitió conocer y aprender de grandes maestros escritores, entre ellos Gabriel del Mazo, quien escribió: “Proceso a los Falsificadores de la Historia del Paraguay”. En ese tiempo se hicieron numerosas publicaciones.
Retornó al país en 1924, siendo contratado por don Tomás Romero Pereira, de la “Compagnie Monte Domecq”, para un viaje comercial a Venezuela en barco. Allí conoció mucho de nuestra historia guaraní. Llegó también a Europa, contratado por la misma empresa.
En 1925 renunció para fundar la “Editorial de Indias”.
Su bella historia de amor
En 1926 conoció a Lydia Frutos Irala en un baile en el Unión Club. Ella era hija de Odón Frutos, un político liberal y sobrina del intelectual partidario colorado Antolín Irala. Era una mujer culta. Tenía títulos en Filosofía y Sociología.
Se casaron y en los primeros años vivieron en Asunción, en la casa prestada del embajador en España Juan E. O’Leary.
En 1927 fue electo diputado nacional y viajó a París con su esposa. Interrumpió el viaje debido al asesinato del Tte. Adolfo Rojas Silva en el Chaco, seguro de que la guerra con Bolivia se destruiría pronto.
Su esposa era una bella mujer. La historia cuenta que, en una ocasión: «leía envuelto en su poncho de lana y ella en la cocina calentaba cera en la hornalla para dar brillo a los pisos. Estalló la hornalla y la cera caliente y el combustible le cubrieron el rostro».
Lydia echó a correr y, envuelta en llamas, él la auxilió con su poncho para salvarla, pero quedó totalmente desfigurada. Se le tuvo que hacer varias operaciones quirúrgicas para volver a estar medianamente bien. Hasta intentó suicidarse por aquella tragedia.
Todo lo que ganaba Natalicio González en sus trabajos editoriales, lo gastaba en las múltiples cirugías de su amada Lydia.
El tiempo de la política
El 23 de octubre de 1931, Natalicio González fue al exilio en Montevideo, debido a los sucesos trágicos en los que participaron, en la protesta de estudiantes que fueron masacrados, frente al Palacio de Gobierno.

Cuando en 1932 comenzó la Guerra para recuperar el Chaco, no fue aceptado para luchar en el frente de batalla, por su condición de opositor al gobierno. Entonces, se dedicó al periódico Patria y reeditó “Guarania” en 1933.
El gobierno del coronel Rafael Franco le cerró su revista “Guarania”. Fue enviado preso a Peña Hermosa, con otros 400 hombres, el 26 de noviembre de 1936. Escapó y se exilió en Brasil. Después estuvo en Buenos Aires, donde pudo volver a reunirse con su esposa y también vivió en Montevideo.
Luego de la muerte del presidente de la República, Mcal. José Félix Estigarribia, al asumir el general Higinio Morínigo, desde la ANR se convirtió en el nexo de acercamiento de su partido político al nuevo gobierno.
Fue uno de los responsables de la adopción de la estrella blanca en la bandera del Partido Colorado, para diferenciarla de la bandera roja del Partido Comunista.
Fue nombrado embajador ante el Uruguay en 1945. En 1946 regresó al país y fue nombrado ministro de Hacienda, cargo que también mantuvo en la presidencia de Juan Manuel Frutos. Militó en el movimiento Guion Rojo.
Superada la Revolución de 1947, en febrero de 1948 ganó las elecciones presidenciales, permaneciendo apenas unos meses en el cargo, desde el 15 de agosto de 1948 al 30 de enero de 1949.
Su partido político estaba dividido y no logró la unidad que preconizaba para gobernar.
En su último discurso dijo: “Creo que cuando el primer magistrado de una nación, no puede desempeñarse con la plenitud de sus facultades constitucionales, su deber es abandonar el cargo”.
Renuncia, derrocado por el ministro de Defensa, general Raimundo Rolón, ante la ausencia de apoyo militar.
La historia dice que fue el último intelectual que llegó a presidente de la República del Paraguay.
Nacionalizó los servicios de energía eléctrica, creándose la ANDE. Atendió la cuestión agraria, la modernización de la Flota Mercante y apoyó la formación del Estado de Israel.
Tuvo un largo exilio: Brasil, Buenos Aires, Caracas, la Habana y México. En 1957, el presidente general Alfredo Stroessner lo nombró embajador ante México.
La tragedia de su esposa Lydia
El 6 de diciembre de 1966 estaba listo para volver al Paraguay, empacando sus libros, cuando tuvo un ataque cardíaco.

Su esposa Lydia lo encontró ya muerto, entonces tomó todas las pastillas que encontró y, con una hoja de afeitar, se cortó las venas, muriendo a su lado.
Natalicio González fue un brillante poeta, ensayista, geógrafo y narrador político.
Algunas de sus obras son: “El Paraguay Eterno”, “Proceso y Formación de la cultura paraguaya”, “Geografía del Paraguay”, “El Estado servidor del Hombre Libre”, “El paraguayo y su Lucha por la Expresión”, “Cómo se construye una Nación” y muchas otras.
A pesar de las vicisitudes de su vida, nunca dejó de escribir. Los títulos de sus obras pueden llenar varias páginas.
“Geografía del Paraguay”, editado en 1958, es de cabecera para quien desea conocer en profundidad la República del Paraguay y su origen guaraní.