La avenida Pettirossi recuerda al aviador que volaba mejor que los pájaros, según el calificativo de su padre

Como continuación de la serie de entregas sobre los nombres de las calles de Asunción y la historia que encierra cada una de esas denominaciones, elaborada por la señora Evanhy de Gallegos, se brindarán datos sobre la vida de Silvio Pettirossi, aviador que volaba mejor que los pájaros, según su padre, a quien con una avenida capitalina se rinde homenaje.

Por la Ordenanza N° 593 de 1916, se denomina así a la antigua calle San Lorenzo, que comienza en la calle Brasil, al norte, y se extiende al sureste, hasta el lugar llamado Dos Bocas, en la intersección de las calles General Aquino, Eusebio Ayala y Próceres de Mayo, en los barrios San Roque, Ciudad Nueva y Pinozá.

Datos sobre su vida

Silvio Pettirossi nació en Asunción, el 16 de junio de 1887.  Fueron sus padres Antimo Pettirossi, un inmigrante italiano, y la asuncena Rufina Pereira Doldán.  Tuvo cinco hermanos.

Hasta los siete años vivió con sus padres y luego fue enviado a Spoleto, Italia, para ingresar a un liceo militar, donde ya se encontraba su hermano mayor Alfredo.

Su destino era convertirse en aviador

Vivió en Italia hasta los 15 años.  Luego regresó al Paraguay, donde a los 17 años se enroló en el Ejército Nacional, para combatir en la Revolución de 1904.  Le tocó luchar en Parirí y Río Confuso, con el grado de alférez.

Por su vocación por la aviación, en el Parque Caballero hacía pruebas rudimentarias de paracaidismo.

Como en el país no podría cumplir su sueño de convertirse en aviador, pidió a su amigo, el senador argentino Benito Villanueva, su ayuda para conectarse con la Escuela de Aviación de Argentina.

El senador le invitó a Buenos Aires, donde para mantenerse, Silvio Pettirossi consiguió trabajo en la Oficina de Inmigraciones.  Y en Palermo, donde se hacían las exposiciones de la Escuela de Aviación de Argentina, conoció al ingeniero aviador Jorge Newbery, quien le recomendó ir, directamente, a estudiar en la fábrica de los aviones de Francia.

En Asunción, algunos amigos, entre ellos el doctor Manuel Gondra, le ayudaron a conseguir una beca para estudiar aviación en Europa, con el compromiso de crear la Escuela de Aviación Paraguaya a su retorno.  Y así partió el 4 de octubre de 1912.

En Francia, se especializó en la escuela del constructor de aviones Depperdussin, donde obtuvo su honorario de aviador.

Muy pronto se hizo conocer por sus arriesgadas pruebas, lo que le dio celebridad en Europa.  Logró el récord con la acrobacia llamada “looping the loop”, que nunca había pasado de seis giros en tirabuzón con el aeroplano y Pettirossi logró 37 giros, siendo la sensación europea.

Antimo Pettirossi: “Mi hijo vuela mejor que un pájaro”

El 17 de noviembre de 1914, el teniente primero Silvio Pettirossi decidió la vuelta a Asunción y lo hizo con el mecánico Maurice Becquet y un avión Depperdussin.

A su paso por Buenos Aires hizo ejercicios de acrobacia aérea en Palermo, en Uruguay y Chile.

En Asunción fue recibido como un héroe nacional.

Su padre, ya anciano dijo: “Mi hijo no es un pájaro, pero vuela mejor que ellos”.

Hizo pruebas aéreas en los bajos del Cabildo y en Puerto Sajonia, con su Depperdussin de 60 hp, y se fue a Uruguay, donde contrajo nupcias con Sara Usher Conde, una señorita de la sociedad, a quien había conocido antes.

Más tarde actuó en California, Estados Unidos y Brasil.  De regreso, estaba comprobando el estado de su máquina en Punta Lara, provincia de Buenos Aires, cuando su avión tuvo una falla mecánica, se desplomó la aeronave y falleció en plena juventud, el 16 de octubre de 1916.

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