La avenida Fernando de la Mora recuerda a uno de los patriotas de la gesta de la Independencia de 1811

Como continuación a la serie de entregas sobre los nombres de las calles de Asunción y la historia que encierra cada una de esas denominaciones, elaborada por la señora Evanhy de Gallegos, se darán detalles sobre una avenida que lleva el nombre del doctor Fernando de la Mora, uno de los próceres de la Independencia Nacional.

Por la Ordenanza 649/42 se denomina así a la antigua calle Ysaty, que había sido designada por la Ordenanza 1481/1923.  La misma comienza en la avenida General Máximo Santos y se dirige al Suroeste hasta la avenida Defensores del Chaco (4 Mojones).  Desde Dos Bocas hasta la avenida General Santos actualmente se llama Próceres de Mayo.  Paralela al Sur a la calle Mencia de Sanabria, esta avenida recorre los barrios Pinozá, Vista Alegre, Nazareth, Terminal y San Pablo.

Fernando de la Mora Cavañas del Cazal y Sanabria y Fernández de Valenzuela nació en 1785 en Tapuá, que fue parte de Limpio y actualmente corresponde a Luque, sitio que mantiene la denominación de Mora Cue.

Era hijo del capitán de artillería Fernando de la Mora y de doña Ana del Cazal, ambos pertenecientes a una familia de linaje social, descendientes del conquistador español Domingo Martínez de Irala.

Cursó estudios secundarios en el Real Colegio de San Carlos de Buenos Aires y luego en la Universidad Real de Córdoba, donde estudió Derecho.

En 1802 fue nombrado “diputado de Asunción” en el Consulado de Buenos Aires, en representación del gremio de comerciantes, cargo que le fue útil para consolidar sus amistades con algunas de las familias de mayor poder económico de la citada ciudad porteña.

Ejerció el cargo hasta 1804. 

Cuando su padre falleció en 1801, asumió el manejo de los negocios familiares de exportación.

A fines de 1810, era regidor del Cabildo de Asunción.

Se desempeñó con el grado de alférez, integrando las fuerzas de la Provincia del Paraguay, destacadas por el gobernador Bernardo de Velasco, para expulsar a los ingleses de Montevideo, en 1807.

Cuando el 17 de junio de 1811 se reunió el Primer Congreso del Paraguay emancipado, fue elegido como vocal secretario.

Contrajo matrimonio el 22 de mayo de 1812, en la iglesia Catedral, con Josefa Antonia Coene, hija de Manuel Antonio Coene y Peña y de doña Tomasa Aguayo Espínola y Peña.

Tuvieron cinco hijos: Ana Josefa, Saturnina Rosa, Jovita Beatriz, Fernando y Rafael.

La madre de la esposa de Fernando de la Mora era sobrina carnal del coronel paraguayo José de Espínola y Peña, enviado por la Junta de Gobierno porteña para intentar la anexión a Buenos Aires y cuyo hijo, Ramón Espínola, quien integraba las fuerzas del general Manuel Belgrano en la batalla de Paraguarí, fue decapitado y su cabeza puesta en una pica, acusado de traidor.

Cuando al año siguiente de su matrimonio, en 1813, nació su primera hija, la llamó Ana Josefa Liberta.

El padrino de bautismo de la recién nacida fue otro adherente a la anexión de Paraguay a Buenos Aires, el capitán José Ildefonso Machain, acusado de cometer traición por haber integrado las fuerzas invasoras del general Belgrano.

Eran tres las corrientes del pensamiento político de entonces:

– Los españolistas.

– Los partidarios de la anexión de Paraguay a Buenos Aires, como una más de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

– Los que deseaban mantener al país totalmente independiente.

A poco de asumir sus funciones como vocal, de la Mora fue comisionado para dirigir una expedición contra los indígenas Mbayá, en el Norte.

En noviembre de 1812, la Junta le dio también la misión de recuperar el Fuerte Borbón, que había sido ocupado por los portugueses.

Cuando de la Mora llegó a Concepción, se enteró que los vecinos residentes en Borbón, sin esperar ayuda, lograron desalojar a los portugueses, por lo que se demoró en la ciudad para asistir a la ceremonia de inauguración del Cabildo de Concepción y luego partió a Belén, donde estaban establecidos los indios Guanás.

Mientras duró la ausencia por el largo viaje de Fernando de la Mora, hubo cambios políticos en Asunción.

El doctor Gaspar de Francia se retiró de su cargo de vocal de la Junta de Gobierno y volvió a reintegrarse, llamado por los miembros de la Junta, para enfrentar la misión porteña de Herrera.

Fue el tiempo en que se produjo un escándalo gubernativo, debido al extravío de un documento adicional del Tratado del 12 de octubre de 1811, que no fue hallado en las gavetas de la secretaría a cargo de Fernando de la Mora, que a su vez la dejó encargada a su compadre, el cordobés Gregorio de la Cerda, que lo asistía en sus funciones.

El documento extraviado acordaba que la Junta de Buenos Aires solo podría imponer un moderado impuesto “de un real y medio por tercio de yerba mate y otro real y medio, por arroba de tabaco y no más, hasta tanto en el Congreso General de las Provincias, sin perjuicio de los derechos del Paraguay, se arregle la imposición que por razón de dicha entrada debe permanecer en lo sucesivo”.

El gobierno porteño desconoció la cláusula adicional del tratado e impuso al tabaco paraguayo un impuesto de tres pesos por arroba (1 arroba equivale a 12,5 kilogramos).

Lo grave fue que no se encontró el documento que eximía del alto impuesto, que debía haber estado conservado en la oficina a cargo del vocal secretario Fernando de la Mora, por lo que el gobierno de Buenos Aires no lo reconoció.

Fernando de la Mora regresó enfermo del largo viaje al Norte y, por imposición de don Gaspar de Francia, refrendado por los miembros de la Junta de Gobierno, fue suspendido en el cargo debido al extravío del documento.

Se tenía la sospecha de que el cordobés Gregorio de la Cerda, acusado de estar a favor de la anexión, había sustraído el documento por descuido de Fernando de la Mora y remitido a Buenos Aires, en connivencia con el gobierno porteño.

A raíz de las sospechas, Gregorio de la Cerda fue expulsado del país con su familia.

El Tratado adicional apareció más tarde, pero Fernando de la Mora ya no pudo recuperar su cargo.

El 18 de setiembre de 1813, la Junta de Gobierno tomó la decisión de expulsar de su seno a don Fernando de la Mora.

Fue implicado en 1820 en la conspiración contra el gobernante doctor Gaspar Rodríguez de Francia y apresado con sus antiguos camaradas, también acusados de revolucionarios.

Fue encarcelado en el antiguo convento de San Francisco, convertido en cuartel, frente a la actual plaza Uruguaya.

El 23 de agosto de 1835 murió, siendo enterrado “en el tercer lance” de la iglesia Catedral.

Durante el Segundo Consulado de la República del Paraguay, en 1843, la esposa de Fernando de la Mora pudo recuperar los bienes confiscados de su padre, Manuel Coene y Peña, también fusilado por conspiración, el 1 de agosto de 1821.

El nombre de la esposa de Fernando de la Mora figura en el Libro de Oro, que entregaron las mujeres paraguayas al mariscal Francisco Solano López, en plena guerra contra los aliados invasores.

Fue participante en Asunción de la asamblea de mujeres del 24 de febrero de 1867.

Su fallecimiento se produjo después de terminada la guerra, en la propiedad familiar de su esposo, en Limpio, en la actual Mora Cue del municipio de Luque.

En Mora Cue nació Benigno Ferreira, hijo natural de María Concepción Ferreira y de Ángel Joaquín Mauricio de la Mora Coene, hijo de Fernando de la Mora, quien llegó al cargo de presidente de la República entre 1906 y 1908. 

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