Una calle recuerda a Benjamín Aceval, a quien se debe la recuperación de parte del Chaco en la post guerra del 70
Como continuación de la serie de entregas sobre los nombres de las calles de Asunción y la historia que encierra cada una de esas denominaciones, elaborada por la señora Evanhy de Gallegos, se brindarán datos sobre la vida de Benjamín Aceval, uno de los más ilustrados hombres del Paraguay, quien produjo el único triunfo sobre la Triple Alianza, al impedir el apoderamiento del Chaco por parte de la Argentina, por lo que con una calle capitalina se le rinde homenaje.

Fue Aceval quien presentó los alegatos, en forma conjunta con José Falcón, argumentando con documentos la posesión del Chaco, en el arbitraje del Laudo Hayes.
Por la Ordenanza N° 649 de 1942 se llama así a la continuación de la calle Pykysyry, ex 20° Proyectada, ubicada al oeste de Independencia Nacional, desde donde se extiende hasta la cantera Tacumbú, paralela a la calle Alejandro Audivert al norte y a la avenida José Falcón al sur.
Una vida dedicada al estudio y la cultura
Su padre Leonardo Aceval, nacido en Yapeyú, entonces del Uruguay, residió en Asunción desde 1817, donde se dedicaba al comercio. Se casó con Mónica Marín en 1842, en la iglesia Catedral de Asunción. Benjamín nació el 29 de diciembre de 1845.

Tuvo su escolaridad primaria en Asunción hasta 1860, año en que con 14 años fue enviado a estudiar al colegio Monserrat de Córdoba, luego a Corrientes y a Buenos Aires, donde estuvo hasta 1873 y se graduó como doctor en Leyes.
Vivió, desde Buenos Aires, los años dramáticos de la guerra de la Triple Alianza. Su hermano Emilio participó en Acosta Ñu.
En 1874, al volver a Asunción, fue designado ministro de Justicia durante el gobierno de Juan Bautista Gill, por ser uno de los pocos hombres ilustrados del país durante la post hecatombe.
Fue destacado escritor, hombre público, canciller, catedrático y rector de la Universidad. Fue periodista, abogado y llegó a ocupar una banca en el parlamento.

Fundó el Colegio Nacional de la Capital y la Biblioteca Nacional. Formó parte de todos los gabinetes presidenciales.
Defendió el Chaco de la codicia argentina
El doctor Benjamín Aceval fue el responsable del alegato presentado ante el árbitro de la disputa por el Chaco: Rutherford B. Hayes, presidente de los Estados Unidos de América, quién luego de escucharlo, dio el histórico fallo, el Laudo Hayes del 12 de noviembre de 1878 declarando que “la República de Paraguay tiene legal y justo título de dicho territorio situado entre los ríos Pilcomayo y Verde”.

El 4 de diciembre de 1878 fue designado por el presidente Cándido Bareiro: “Hombre Bueno”, requisito para integrar el Superior Tribunal de Justicia. Tenía los atributos para tamaña calificación.
Más tarde, en 1882, fue uno de los fundadores de la Escuela de Derecho, base de la actual Facultad de Derecho.
Estuvo casado con Juana Bautista Mongelós Egusquiza. Dejó descendencia: Héctor, Laura, Juana, María y Benjamín.
Su hermano Emilio Aceval, sobreviviente de Acosta Ñu, fue ministro de Guerra y Marina en el gabinete del general Juan B. Egusquiza y presidente de la República.
Aceval, indispensable en todos los partidos políticos
El doctor Benjamín Aceval participó en política, siendo indispensable en todos los gobiernos, incluso en los de partidos contendientes, sin haberse afiliado a ninguno, pero sirviendo en cargos fundamentales en todos los gobiernos.

En julio de 1885 fue electo presidente de un Club Político para armonizar la candidatura presidencial. El vicepresidente del Club era el doctor Cecilio Báez.
Dicho Club eligió al general Patricio Escobar para suceder al presidente general Bernardino Caballero y devino luego en el Partido Colorado, conformándose también otra agrupación, transformada después en Centro Democrático o Partido Liberal.
Al asumir el general Escobar para el período 1886 – 1890, Benjamín Aceval fue designado ministro de Relaciones Exteriores.

Estando en funciones trabajó los términos de un Tratado de Límites con Bolivia, con el canciller boliviano Tamayo. Pretendía evitar la guerra que nuevamente se cernía en el horizonte. Este tratado, firmado el 16 de febrero de 1887, fue presentado por el presidente Escobar al Congreso de la Nación, el 1 de abril, y no fue ratificado por el parlamento. En el tratado, Paraguay hacía concesiones importantes.
Aceval renunció a su cargo en Relaciones Exteriores en agosto de 1888, para ser designado en el Congreso Sudamericano de Derecho Internacional Privado, a realizarse en Montevideo.
En 1889, Aceval fue nombrado embajador ante España, Francia y Gran Bretaña.
Al asumir en 1890 el presidente Juan Gualberto González por la ANR y como vicepresidente Marcos Morínigo, Aceval fue nombrado Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública.
En abril de 1891 renunció al cargo y aceptó presidir la Comisión a cargo de la Exposición Universal de Chicago, que se inauguró en 1892, al cumplirse el Cuarto Centenario del Descubrimiento de América.
Para la elección presidencial de 1894, el Centro Democrático, el Partido Liberal, presentó su candidatura para presidente de la República, no siendo afiliado al Partido Liberal.
Un golpe de estado impidió que Benjamín Aceval llegara a la presidencia, ya que el partido Liberal resolvió no participar en los comicios.
Sin embargo, Benjamín Aceval, hombre indispensable en todos los gobiernos, fue nombrado ministro de Hacienda en el gobierno de los candidatos del Partido Colorado que pensaba derrotar.
Para 1896 volvió a ser designado dentro del Consejo de Agricultura e Industrias.
En diciembre de 1897, fue designado Rector de la Universidad Nacional y el 25 de noviembre de 1898, su hermano Emilio Aceval, sin estar afiliado al partido colorado ANR (pero considerado como tal), fue electo presidente de la República.
En la presidencia de su hermano, Benjamín Aceval fue miembro del Tribunal Superior de Justicia y luego postuló a senador por el Partido Colorado.
Circulaba un comentario en esos tiempos. Se decía de Benjamín Aceval que “al asumir un cargo público, siempre llevaba una hoja de renuncia en su bolsillo”.
Falleció el 25 de julio de 1900 a los 54 años, víctima de la peste bubónica que afectó a Asunción.
