La avenida Eusebio Ayala recuerda al presidente que tuvo que lidiar con la administración del país durante la Guerra del Chaco

Como continuación de la serie de entregas sobre los nombres de las calles de Asunción y la historia que encierra cada una de esas denominaciones, elaborada por la señora Evanhy de Gallegos, se brindarán datos sobre la vida del doctor Eusebio Ayala, presidente del Paraguay durante la Guerra del Chaco, a quien con una avenida capitalina se rinde homenaje.

Por la Ordenanza N° 649 de 1942, lleva ese nombre la avenida que comienza en Dos Bocas, en el empalme de las calles Próceres de Mayo y Silvio Pettirossi, y se extiende al este hasta los límites con la ciudad de Fernando de la Mora.  Continuación de la misma es la ruta Mariscal Estigarribia, recorriendo los barrios San Pablo, Villa Aurelia, Hipódromo, Mariscal Estigarribia, Nazaret, Tembetary, Vista Alegre, Mburicaó, Pinozá, General Caballero y Ciudad Nueva.

Datos sobre su vida

Producida la batalla de Acosta Ñu, el 16 de agosto de 1869, murieron los últimos varones de la familia Ayala de Barrero Grande y sólo quedaron las hermanas Casimira y Benita.

Eusebio Ayala nació el 14 de agosto de 1875, hijo de Casimira, de 19 años.  El padre fue el español Abdón Bordenave quien, al trasladarse a Asunción, abandonó a la madre y al hijo.

Su tía Benita le enseñó a leer y escribir en Barrero Grande, donde hizo la escuela primaria.  Esta ciudad lleva su nombre.

Para seguir sus estudios, se trasladó a Asunción, donde trabajó como ordenanza en la empresa Segura Latorre.

Ingresó al Colegio Nacional de la Capital.  Se recibió con notas sobresalientes en 1896.  En Asunción fue acogido por la familia legítima de su padre.

Con el título de Perito Mercantil, enseñando pudo solventar la carrera de abogado.  En 1904, se graduó de doctor en Derecho y fue Catedrático de esa carrera. 

Se afilia al Partido Liberal en 1908.

Viajó a Europa, como secretario del embajador Eusebio Machaín.  En Gran Bretaña, donde estuvo tres años, aprendió el idioma inglés y el francés, que hablaba con soltura.

En París, conoció a Emilia Marcela Eugenia Durand, viuda de un joyero que se suicidó.  Tuvieron un hijo, Roger Ayala Durand, quien nació en Bélgica, en 1913.

Se casaron por civil en Buenos Aires, en viaje hacia Asunción, en 1920.  Su hijo ya tenía ocho años, razón por la que Monseñor Bogarín los casó por iglesia en Asunción, el 27 de diciembre de 1922.

Eusebio Ayala ocupó cargos públicos, sin pausas, desde Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública y Hacienda, hasta Ministro de Relaciones Exteriores en las presidencias de: González Navero, Manuel Gondra, Eduardo Schaerer, Manuel Franco y José Montero.

Era un hombre imprescindible por su preparación y cultura.

En 1920, fue senador de la Nación, pero antes, fue diputado.

Ante la renuncia de Manuel Gondra, fue designado presidente provisional de la República, por voto unánime del Congreso, cargo que cumplió desde el 7 de noviembre de 1921 al 12 de abril de 1923. Le tocó gobernar en los difíciles años de la revolución del 22.

Fue rector de la Universidad Nacional hasta 1928.

Durante la presidencia de José P. Guggiari, fue nombrado embajador ante los Estados Unidos de Norteamérica.

Triunfó luego como candidato presidencial en las elecciones de febrero de 1932 y el 15 de agosto de ese año, juró como presidente de la República, cuando comenzó la Guerra del Chaco.

Le cupo dar la conducción de la guerra al Mariscal Félix Estigarribia y gobernar en los difíciles años de la cruenta guerra.

A meses de terminar su período presidencial, se produjo la Revolución de febrero de 1936, liderada por el coronel Rafael Franco.  Fue apresado y enviado al exilio.  Para 1938, en Buenos Aires, ya estaba integrado a un estudio de abogados, dirigido a la Cámara Argentino – Paraguay y escribía para el diario La Razón.

A su hijo Roger, quién se recibió de arquitecto en los Estados Unidos de Norteamérica, se debe el edificio del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social.

Eusebio Ayala murió en Buenos Aires, el 4 de junio de 1942, a los 66 años.  A su muerte, su esposa vino a vivir a Asunción, donde falleció el 20 de abril de 1954.

Los restos de Eusebio Ayala, llamado “El Presidente de la Victoria”, descansan en el Panteón de los Héroes desde el 29 de septiembre de 1992.

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