Asunción recuerda con una calle a la intrépida Doña Mencia Calderón de Sanabria

Como continuación de la serie de entregas sobre los nombres de las calles de Asunción y la historia que encierra cada una de esas denominaciones, elaborada por la señora Evanhy de Gallegos, se brindarán datos sobre la vida de doña Mencia Calderón de Sanabria, quien, si hubiera sido varón, habría ostentado el cargo de gobernadora de  la Provincia Gigante de las Indias, y a la que con una calle capitalina se le rinde homenaje.

Por la Ordenanza N° 6.280 del año 1967 la calle denominada así es la primera paralela al sur de la avenida Fernando de la Mora, entre la avenida General Máximo Santos al Noroeste e Intendente Guggiari, ex calle Castilla, al Sureste.  Es paralela a la calle Ecuador al Suroeste y a la avenida Fernando de la Mora al Noreste, en los barrios Pinozá y San Vicente.

Si hubiera nacido varón

El destino de doña Mencia Calderón viuda de Sanabria comenzó a gestarse en el año 1547, dos años después que el Adelantado Álvar Núñez Cabeza de Vaca llegó a España como prisionero destituido.

Por las quejas que se presentaron contra Martínez de Irala, el Rey de España Carlos V hizo el segundo intento para desalojarlo del poder.

El 22 de julio de 1547 se le había concedido por dos vidas, (dos generaciones de herederos), el poder sobre las tierras a las que accedería, al valenciano Juan de Sanabria, esposo de doña Mencia.

Próximo a partir, Juan de Sanabria falleció en Sevilla.

Su hijo Diego solicitó entonces el cargo de Adelantado y Carlos V se lo concedió en Valladolid, el 12 de marzo de 1549.

Dificultades insalvables obligaron a Diego a quedarse en Santo Domingo, por lo que su madre, doña Mencia Calderón viuda de Sanabria, quedó al frente de la armada y resolvió venir a la Provincia Gigante de las Indias, como heredera de su esposo e hijo.

Partió con tres de las naves.

Tardó seis años en llegar

Le acompañaban sus dos hijas: María y Mencia, y 50 mujeres solteras, que se sumarían a las mujeres guaraníes. 

Fue la primera y única mujer convertida en Adelantada virtual.  No llegó a ejercer el cargo, por el solo hecho de ser mujer.

Durante el viaje, doña Mencia fue casando a sus hijas.  Hernando de Trejo se unió en matrimonio con María de Sanabria.  Su otra hija, llamada Mencia, se casó con el capitán Cristóbal de Saavedra.

Los expedicionarios, con doña Mencia al frente, llegaron a Asunción siguiendo el famoso camino del “Tape Aviru”.

Mencia Calderón debía ser la gobernadora de la Provincia Gigante de las Indias, aunque el capitán Martínez de Irala no tuvo que discutir su derecho a gobernar.

La designación como gobernador titular de la Provincia Gigante de las Indias le había llegado de España, con fecha del 4 de noviembre de 1552.  Como mujer, doña Mencia no tenía derecho al cargo.

Las mujeres españolas, garantía de su poder político

No se arredró la valiente mujer.  Una nueva vida le atraía más que volver a España.  Había llegado nada menos que con 50 mujeres solteras.  Por ellas había sufrido peligros.

Sus hijas y las españolas eran la garantía de que igualmente usufructuaría el poder, ya que ellas serían las esposas de hombres políticamente poderosos.

Siete vacas y un toro

Se habían sumado en el camino Ruy Díaz de Melgarejo y también los hermanos Scipion y Vicente Goes, que traían un plantel de vacunos.  Eran siete vacas y un toro, comprados por el conquistador Gaete.

Con estos vacunos comenzó la historia de la ganadería en el Paraguay.

Madres españolas y madres indias

La presencia de las mujeres españolas que la acompañaron transformó la vida de Asunción, ya que los hombres se mostraron menos libertinos.

La historiadora Idalia Flores de Zarza añade que también cambiaron los hábitos de higiene.

Llegaron a Asunción después de seis años de viaje, en octubre de 1555.

En el “paraíso de Mahoma asunceño” pronto comenzó la rivalidad entre familias, debido a su origen y por apetencias de poder entre los hijos de esta tierra, por un lado los de madres indias y por el otro los hijos de madres españolas.

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