Andrés Barbero, el Intendente Municipal de Asunción que entregó su fortuna a obras de bien a las que dedicó su vida
Como continuación de la serie de entregas sobre los nombres de las calles de Asunción y la historia que encierra cada una de esas denominaciones, elaborada por la señora Evanhy de Gallegos, se brindarán datos sobre la vida del doctor Andrés Barbero, quien llegó a ocupar el cargo de Intendente Municipal de Asunción y que donó su fortuna para obras de bien, a las que dedicó su vida, por lo que con una calle capitalina se le rinde homenaje.

Por la Ordenanza N° 2314 del año 1951, la calle doctor Andrés Barbero cruza por frente a la Cruz Roja Paraguaya, desde la calle Brasil al Sur, hasta la calle Manuel Gondra al Norte, la calle Sebastián Gaboto, el parque Bernardino Caballero y la vía férrea, en el barrio San Blas.
De familia migrante acaudalada
Andrés Barbero nació en Asunción el 28 de julio de 1877. Era hijo de los inmigrantes italianos Juan Barbero y Carolina Crosa, quienes llegaron al Paraguay apenas terminada la guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay.
Juan Barbero, constructor de casas, vino a Asunción con sus hermanos Anacleto y Victorio. Carolina llegó al país con sus padres Juan y Carolina.

Se conocieron y se casaron pronto, el 9 de agosto de 1871.
Tuvieron casa familiar entre las calles Palma y Colón. Andrés José Camilo fue el tercero y único varón de los cinco hijos de la familia Barbero – Crosa.
Eran tantas las propiedades destruidas por la guerra que los hermanos Barbero, además de reconstruir las casas ruinosas, edificaron las nuevas. También se dedicaron a la venta de los materiales utilizados, a la compra y venta de fincas en el interior y a la ganadería.
Así fue que los Barbero se convirtieron en acaudalados, debido al gran trabajo encarado.
Barbero fue Intendente de Asunción

Andrés se graduó de bachiller a los 18 años en el Colegio Nacional de la capital, donde fue nombrado profesor de física. En 1898 se graduó de químico farmacéutico e inició su carrera en la Municipalidad de Asunción, siendo designado Jefe de la Oficina Química Municipal. Esta carrera como funcionario determinó su destino como Intendente Municipal de Asunción.
Se dedicó a obras filantrópicas
En 1903 terminó la carrera de medicina. Su diploma lleva el número 1 de la primera promoción. Se dedicó a la docencia universitaria y fue un apasionado de la investigación científica y la etnografía.
En 1905 fue director de la Asistencia Pública.
En 1908 hizo el primero de sus tres viajes a Europa. Su misión era conocer el funcionamiento de las escuelas técnico industriales que el país necesitaba.

En 1910 los Barbero adquirieron una quinta muy amplia en la avenida España, que se extendía hasta las vías del tren, actual calle Gondra. Allí el doctor Andrés Barbero fue construyendo y donando absolutamente todo, para sus muchas obras filantrópicas.
Construyó un edificio de tres pisos en la esquina de España y Mompox, para sede de las instituciones científicas que fue fundando: el Museo Etnográfico y de Ciencias Naturales y la Biblioteca que llevan su nombre.
Como consejero del Banco Agrícola incentivó la plantación de trigo en 1912.
Le tocó afrontar la Gripe española de 1918.
Creó la Liga Paraguaya antituberculosa en 1919. Editó la Revista Científica del Paraguay.

En 1920 fue nombrado Intendente de la Municipalidad de Asunción hasta 1921. Luego el presidente Félix Paiva le nombró ministro de Economía.
El 9 de enero de 1921 fundó el Instituto Andrés Barbero y la Sociedad Científica del Paraguay, con los naturalistas Emilio Hassler y Guillermo Tell Bertoni, afrontando con su fortuna particular su accionar.
En 1923 participó de la Conferencia Panamericana de la Cruz Roja. Fundó la Cruz Roja Paraguaya.
En 1927 creó la Escuela de Obstetricia en la Cruz Roja. La carrera se dicta hoy día en la Universidad Nacional de Asunción (UNA).
En 1941 le confirieron la Orden Nacional del Mérito con el grado de Gran Oficial.
Tuvo una vida dedicada íntegramente a la ciencia y al bien público.
Murió sin descendencia y nunca se casó.
Falleció el 14 de febrero de 1951 a los 73 años de edad.
Para honrar su memoria, sus hermanas Josefa Barbero de Repetto y María Barbero de Viola y su cuñado don Luis Viola, crearon la Fundación La Piedad, cumpliendo la voluntad de sus padres y hermanos fallecidos, con el fin de contribuir al sostenimiento de las instituciones fundadas por el doctor Andrés Barbero.
En la avenida Artigas y la calle Brasil se alza un monumento en su memoria.
