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Argumentaciones sobre el Cerro Lambaré y en Especial sobre la Creación de la Ciudad de Lambaré Antiguo Barrio de Asunción

Recopilación de Andrés Granje y Evanhy de Gallegos

El Municipio de Asunción presentó, el 24 de julio de 2008, los sólidos argumentos que justificaban el rechazo del Proyecto de Ley de ampliación del territorio de la ciudad de Lambaré, que fuera aprobado intempestivamente por la Cámara de Diputados.  Posteriormente, este proyecto, que por razones políticas triunfó para las pretensiones de la Intendencia Lambareña en ambas cámaras, fue vetado por el gobierno del Presidente Fernando Armindo Lugo Méndez.

Los argumentos presentados estuvieron a cargo del historiador y abogado Gustavo Laterza Rivarola, en base a un acabado estudio de la historia de nuestro país, desde la época de la conquista hasta nuestros días, y que arroja como resultado que siempre Lambaré fue un barrio de Asunción.

Errores e imprecisiones históricas utilizadas para argüir que siempre hubo un pueblo llamado “Lambaré”

1. No existen evidencias de la existencia de ningún pueblo indígena en el lugar actualmente llamado Lambaré, al tiempo de la conquista, ni durante los dos siglos siguientes.

2. El único cronista de la época que menciona un lugar con ese nombre es Ulrico Schmidl, que escribió sus “Relatos” en alemán, treinta años después de los acontecimientos que relata.

3. Ningún cronista de la época menciona a un cacique llamado Lambaré. Sin embargo, Álvar Núñez Cabeza de Vaca da los nombres de todos los que dominaban los alrededores de Asunción.  Esto permite inferir que no existió ningún cacique con ese nombre.

4 Fulgencio R. Moreno supone que “Lambaré “es una deformación de “Avambaré”. Efraín Cardozo aventura que sería Avambaé (Considérese que la letra ele no existe en guaraní).

5. La primera mención en documentos oficiales, conocida hasta ahora, de una zona de Asunción llamada Lambaré, aparece en un documento del año 1613, donde se describe como dehesa, es decir, el lugar donde se llevaba el ganado de los asuncenos a pastar.

6. En 1748, los guaicurú asolaron fincas agrícolas en Lambaré, causando numerosas víctimas, lo que indujo al gobernador Murphy a erigir una fortaleza para custodiar el río, hacia 1777, lo que demuestra que en la cercanía no había pueblo alguno, pues las ordenanzas de poblaciones prohibían instalar fuertes en lugares poblados ni que se pueble alrededor de ellos.

7. En 1844, Carlos Antonio López estableció, por primera vez, los límites de Asunción y los dividió en parroquias.  Lambaré fue una de ellas, junto con Catedral, La Encarnación, San Roque, Recoleta y Trinidad.  El límite sur de Asunción conformaba la calle Última o del Embarcadero, (Defensores del Chaco), que coincidía con el límite sur del distrito de Lambaré.

Lambaré limitaba con la Encarnación en el arroyo Ferreira. Esta separación se conservaría hasta la creación del municipio lambareño, en el que se la borró para ampliar el territorio adjudicado al nuevo municipio.

8. La segunda delimitación de la capital paraguaya se hizo a través de la Ley del 5 de julio de 1876, manteniendo la frontera sur de Asunción que coincide con la de Lambaré.

9. El Primer acto administrativo, con significado urbanístico, que ejecutó la Municipalidad de Asunción respecto al barrio Lambaré, fue el delineamiento de su planta urbana con la denominación de sus calles, realizado en 1896.  El segundo delineamiento se efectuó en 1913.

10. Todas estas informaciones despejan cualquier duda histórica acerca de que Lambaré hubiera alcanzado, alguna vez, suficiente envergadura demográfica y urbanística como para conformar una localidad diferenciada de Asunción.

Verdaderos Orígenes Del Municipio De Lambaré

El trámite para la escisión del distrito de Lambaré del ejido asunceno fue iniciado en la Seccional Nº 13 de la ANR (Asociación Nacional Republicana), en el año 1960.  La gestión fue solicitada al Ministro del Interior de la época, Edgar L. Insfrán, quien lo impulsó.

El objetivo era crear un Municipio y convertir a los dirigentes de la Seccional en funcionarios del mismo, con lo que sus servicios partidarios serían remunerados con los ingresos derivados de los tributos municipales.  El primer intendente lambareño fue el entonces presidente de la Seccional 13.

El proyecto de ley de creación del Municipio de Lambaré fue remitido a la Cámara de Representantes, con las firmas de Alfredo Stroessner y Edgar L. Insfrán. La Ley se sancionó, se promulgó y publicó en el transcurso de los días siguientes.

Los límites otorgados al nuevo municipio llegan hasta las avenidas Fernando de la Mora, General Santos y Avenida Perón, pero fueron retrotraídos a sus líneas actuales en virtud de un Decreto de Stroessner, en 1968.  A pesar de eso, Lambaré tuvo más territorio que el que tenía mientras fue distrito asunceno.  El cerro Lambaré nunca estuvo incluido en el ejido del nuevo municipio.

Todos los urbanistas que se expidieron, documentalmente, en relación a la pretensión de la Municipalidad de Lambaré de ampliar su ejido, a expensas de Asunción, coinciden en señalar que lo que deberían hacer es tratar de integrar sus planes de desarrollo urbanístico con las ciudades aledañas y no intentar agrandarse físicamente, sin tener recursos para administrar adecuadamente ni siquiera el territorio que tienen actualmente.

Conclusión: motivos reales subyacentes en el proyecto “ampliación de Lambaré”

No habiendo justificaciones históricas, sociales, jurídicas ni urbanísticas para que Lambaré amplíe su ejido a costa del de Asunción, o de cualquier otro vecino, el único motivo a considerar, seriamente, es el deseo inconfeso que alientan las autoridades municipales de Lambaré, de ampliar el área de recaudación tributaria, atendiendo de que en el territorio ambicionado se hallan instaladas empresas de envergaduras y zonas residenciales de alto valor inmobiliario.

Para lograr este objetivo que se mantiene oculto, se agita y se engaña a la opinión pública, haciéndole creer que se trata de una lucha épica para recuperar un bien patrimonial, que le fue enajenado injustamente.

Sin embargo, el Cerro Lambaré ocupa solo once hectáreas, mientras la solicitud de ampliación abarca 483 hectáreas.

Y esto implica más de dos millones de dólares en recaudaciones tributarias anualmente, que sí sería una lesión patrimonial gravísima, para la cual ni siquiera se previó una indemnización, como tampoco por la infraestructura y el equipamiento urbanístico en las zonas afectadas.

Además, la disminución del territorio de Asunción daría como resultado la modificación del coeficiente demográfico y, consecuentemente, la pérdida de un diputado para la Capital de la República.

Por último, es preocupante constatar que, mientras en el mundo los Estados conceden privilegios a la ciudad que es su capital, en el Paraguay sucede que, no solamente nuestros gobiernos no subvienen a las necesidades de su sede constitucional, Asunción, sino que permiten que se seccione su territorio y se le prive de sus recursos, disminuyéndola y debilitándola.

Lo verdaderamente justo, con Asunción y su Historia, sería, ya que por el momento no parece ser posible que Lambaré se reintegre como barrio tradicional de la Capital, al menos se guarde la máxima fidelidad a las antiguas y originarias demarcaciones de ese distrito y se la resguarde de la codicia de quienes pretenden ir agrandándose y enriqueciéndose a su costa.

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