Existe una larga historia compartida con el Municipio de Lambaré, que fue un barrio de Asunción
Evanhy de Gallegos
Capítulo V
Pretensión de Despojo
Hay una extensa historia compartida con Lambaré, que se constituye en la gran valla ante el nuevo intento de despojo contra la capital del país.
El gobierno municipal de la ciudad de Asunción, fue instalado en agosto de 1869, durante la presencia dominante de los aliados de la Triple Alianza.
Muchos de los documentos originales de ese tiempo, están preservados en el Archivo y Biblioteca de la Junta Municipal de Asunción y recuerdan el desenvolvimiento de la capital del país en esos difíciles años de devastación de post guerra del 70.
Es interesante recordar algunas de las disposiciones tomadas por los concejales capitalinos, en el barrio Lambaré de Asunción.
El 22 de agosto de 1869 se conformó la primera Junta Municipal de la ciudad de Asunción ocupada. Mientras tanto, el presidente de la República, Mariscal Francisco Solano López, se reorganizaba con el resto de su ejército en la cordillera de Azcurra.
El primer presidente de la Junta Municipal, fue el argentino Sinforiano Alcorta. Los demás integrantes paraguayos habían llegado acompañando a los aliados. Fue vicepresidente el señor Jaime Sosa y vocales: José Segovia, Antonio Decoud y Francisco Guanes.
Las primeras autoridades de Asunción fueron elegidas por el gobierno provisorio, luego de una “pulseada” política entre los aliados invasores, que habían ocupado la capital desde el 5 de enero de 1869.
El primer gobierno municipal de 1869 fue de una Junta Municipal de designados por los aliados.
Los concejales fueron electos desde 1871. Eran votados en elecciones distritales que incluían al distrito Lambaré de Asunción.
Todas las disposiciones municipales del tiempo de la ocupación y aún después, debían ser refrendadas por la presidencia de la República.
Lambaré fue el distrito o barrio de Asunción, del cual, fundamentalmente, llegaban las “burreritas” mujeres cabezas de familia, que en la postguerra producían las chacras, como sostén para sus familias.
El Mercado Guasu, enclavado entre las plazas actuales De la Democracia y Juan E. O’Leary, acogía a las mujeres llegadas fundamentalmente de Lambaré.
Ante la devastación que sufría el país, la Junta Municipal de Asunción era la entidad encargada de tomar algunas disposiciones relacionadas al barrio Lambaré, que repasaremos en las próximas líneas y que figuran en las actas originales que se conservan en el Archivo y Biblioteca de la Junta Municipal de Asunción.
El 14 de diciembre de 1869, el presidente del gobierno provisorio Cirilo Antonio Rivarola, estableció postas para reorganizar las vías de comunicación desde la capital del país.
El gobierno solicitaba alistar carromatos que harían los viajes para trasladar a la población.
En el extenso decreto, que abarcaba las regiones ya dominadas por el ejército de ocupación, se resalta que … “del distrito de La Encarnación, existiría un viaje a Lambaré, San Antonio, Ypané, Villeta, Villa Oliva, Villa Franca y Villa del Pilar”.
El 15 de junio de 1871, se aprobó la Ley Orgánica y de elecciones de la ciudad de Asunción.
En el artículo 12° dice: “La ciudad de Asunción se compondrá de seis secciones electorales y cada una de ellas de un juzgado de paz, de los seis en que la ciudad se encuentra dividida”.
En el artículo 3° se determina que “Cada sección electoral elegirá a cinco vecinos de las parroquias, que reúnan las condiciones exigidas para ser municipal”.
Se utilizaba el término “municipal” para señalar a los hombres que ejercían su actividad en la municipalidad.
La extensa Ley de 49 artículos, fue aprobada por el presidente de la República Cirilo Antonio Rivarola y aprobada por la Cámara de Diputados, presidida por Higinio Uriarte y la Cámara de Senadores por Juan L. Corvalán.
Las primeras elecciones quedaron fijadas para el 30 de julio de 1871, en las seis secciones electorales de Asunción, incluida a Lambaré.
Por el distrito de Lambaré fueron elegidos: Fernando Ramírez, Apolinario Martínez, Ventura Galeano, Pedro Denis y Samuel Galeano.
La Biblioteca y Archivo de la Junta Municipal de Asunción, preserva los documentos originales de las sesiones y actas de las sesiones, felizmente conservadas desde el año 1879.
Los originales de las actas anteriores se extraviaron o el tiempo hizo mella en los amarillentos documentos.
Los documentos originales, que obran en la Dirección de Archivo y Biblioteca de la Junta Municipal de Asunción, son el mayor tesoro que posee la ciudad capital.
El 11 de mayo de 1879, durante la sesión de la Junta Municipal, se dispuso la realización de un censo general de la población en la capital del país.
Se nombró a don Benito Escauriza, con la remuneración de cincuenta pesos fuertes mensuales, para hacer el censo en el distrito asunceno de Lambaré, el 10 de junio de 1879.
En la sesión de la Junta Municipal del 21 de diciembre de 1879, se trató una nota del médico municipal, dando cuenta de haber terminado la vacunación contra la viruela en los distritos de Trinidad, Recoleta y Lambaré.
Para facilitar el trabajo se adquirió un caballo y una silla, para el servicio de la Junta, y se levantó un galpón para dicho caballo.
Releyendo los documentos de las sesiones de la Junta Municipal de Asunción, de esos primeros años de post guerra del 17 de febrero de 1880, se lee también que el presidente de la Junta, Don Manuel Solalinde, solicitó que “ya era tiempo de hacer examinar a los alumnos de las escuelas municipales de los distritos: Trinidad, Recoleta y Lambaré, a fin de informar del estado de adelanto de aquellos jóvenes y que por esa razón se formó una Comisión Examinadora”.
En la sesión del 28 de setiembre de 1886, se propuso la formación de un cementerio en el distrito de Lambaré, pidiendo que sea trasladado el que se encontraba al lado mismo de la iglesia, a mil metros de distancia.
“Y para que no se construya en desorden se dispuso la apertura de calles y formación de las manzanas en los distritos asunceños de Lambaré y Trinidad”.
El 8 de octubre de 1886, la Junta Municipal verificó que el camino a Lambaré no reunía las estipulaciones del contrato. Se urgió “la necesidad de construir, al lado de cada camino, canales o desaguaderos de 50 centímetros”.
En la sesión del 9 de noviembre de 1886, el ingeniero municipal, “presentó un proyecto para la formación y delineación del distrito de Lambaré. Don M. Escauriza puso gratuitamente, a la disposición de la Corporación, un sitio muy adecuado de 50 varas, en cuadro situado a 400 varas al oeste del pueblo para cementerio”.
Escauriza se ofreció a trabajar a su costa, para no ocasionar gastos a la corporación. Se decidió vender los sitios ocupados, toda vez que los solicitaran.
La corporación aceptó gustosa el ofrecimiento hecho sobre el terreno.
En la sesión del 19 de enero de 1887, se presentó a los concejales una solicitud de Don Gill Maldonado, solicitando en compra el Bañado de Lambaré. Fue despachado con un “no ha lugar por estar reservado de enajenación por medio de una ley especial”.
Durante la sesión del 23 de febrero de 1887, se leyeron las actas de los nuevos municipales, que formarían parte del gobierno municipal en el presente periodo y resultaron electos, por el distrito de la Encarnación y Lambaré, los señores Eugenio López y Norberto Molinas y como suplente Francisco Soteras.
En la sesión del 3 de marzo de 1887, el comisario de Lambaré pidió se le provea de cuatro faroles para alumbrado de la plazoleta de la iglesia y que la corporación haga construir un alambrado alrededor de aquella plazoleta. Se resolvió proveer los faroles y pedir informe al ingeniero sobre el costo de alambrado, debiendo los postes ser labrados y de maderas de ley.
En la sesión del 31 de marzo de 1887, el Juzgado del crimen envió a la corporación el certificado que se le había pedido, sobre el proceso seguido al señor Eugenio López, el cual se pasó al asesor municipal para que dé su opinión “si el Señor López está dependiente de ese proceso y si puede o no ejercer el cargo de municipal para el cual ha sido electo por los distritos de La Encarnación y Lambaré”.
El mismo ingeniero informó sobre la compostura que reclaman las casas ocupadas por la escuela de niños de La Encarnación y de Lambaré, acordándose que “para realizar dichas obras sean puestas en licitación a la brevedad posible”.
Se reiteró la nota pasada al Consejo de Medicina e Higiene sobre el nombramiento del Sr. Rodríguez, para practicar la vacunación en los distritos de Trinidad, Recoleta y Lambaré.
En la sesión del 25 de abril de 1887, se decidió que “reiteradas veces, no asistiendo a las sesiones el vocal Eugenio López, se llamará a su suplente Don Francisco Soteras”.
Se recibió una nota del Consejo de Medicina e Higiene, adhiriéndose a la medida tomada por la Corporación para el nombramiento de Don Sebastián Rodríguez, que deberá propagar la vacuna a los vecinos de los distritos de Recoleta, Trinidad y Lambaré.
En la sesión extraordinaria del 14 de junio de 1887, el preceptor de la Escuela de Niños de Lambaré solicitó “el cercado de la casa que ocupa el establecimiento, así como la provisión de útiles”.
En la sesión extraordinaria del día 15 de julio de 1887, bajo la presidencia de Don Joaquín Briones, los concejales se ocuparon de un proyecto de ley que debían elevar a consideración del Congreso.
El proyecto de ley, en el Artículo 1°, dice: “Autorízase a la Municipalidad de la Capital para enajenar en pública subasta, previa tasación y publicación de avisos, las siguientes propiedades fiscales: Los bañados de Tacumbú y de Lambaré”.
En la sesión del día 18 de agosto de 1887, el ingeniero municipal, en la nota del preceptor de la Escuela de Niños de Lambaré, informó que “sería conveniente, para la conservación del edificio, construir a su alrededor un alambrado en postes labrados al puente y un portón o torniquete como única entrada, que venderá a costas de 52,50 pesos y que, haciendo una nueva letrina de capacidad de dos pipas con techo de paja y cuatro puertas y las dos ventanas en dos manos, costarán 18,00 pesos, ascendiendo todo el gasto a la suma de 70,00. Se acordó poner a licitación la provisión de los materiales de los trabajos indicados arriba”.
En la sesión del 20 de octubre de 1887, se informó que se proveyó de útiles de enseñanza a las escuelas de Recoleta y Lambaré.
En la sesión del 19 de diciembre de 1887, Don Matías Cateura “solicitó en arrendamiento, por 8 años, un terreno municipal baldío, que se encuentra en el distrito de Lambaré, con el objeto de establecer una fábrica de ladrillos”.
Para mejor prever se resolvió pasar al ingeniero municipal “para que informe si el terreno en referencia es municipal y si se encuentra o no en él algún ocupante, de modo que al hacer la concesión no se perjudique al tercero”.
En la sesión del 22 de diciembre de 1887, el ingeniero municipal informó que “el terreno solicitado es municipal baldío y tiene 500 varas de longitud al norte, lindando en parte con un canal que divide un terreno municipal ocupado por el señor Bello, por 500 varas de longitud al sur donde linda con los salinares. Al este, 880 varas lindando con un zanjón que divide los derechos de los Cateura, por igual dimensión al oeste, donde linda con la orilla del río Paraguay”.
Fue resuelto “el arrendamiento al señor Cateura, por el término de 8 años, debiendo obrar en arcas municipales el importe del arrendamiento a razón de un peso fuerte anual por cada cuadra cuadrada”.
En la sesión del 6 de febrero de 1888, se resolvió “poner a licitación verbal la compostura y limpieza del camino a Yuquyty, empezando del arroyo Ferreira, para dejar expedida la vialidad pública por encontrarse actualmente intransitable”.
En la sesión del 22 de febrero de 1888, se procedió al escrutinio de las actas de las elecciones municipales efectuadas el 19 del corriente, siendo electos por La Encarnación y Lambaré, como titular, el señor Norberto Molinas y suplentes Don Antonio Feliciángeli y Don Antonio Bugueta”.
En la sesión del 8 de marzo de 1888, se resolvió “pagar a don Matías Cateura la suma de 50 pesos por los lotes para la construcción del nuevo cementerio de Lambaré”.
En la sesión del día 10 de diciembre de 1895, se procedió al “sorteo de los dos municipales suplentes, señores Scala y Ángel Crosa, electos por el distrito de La Encarnación y Lambaré. De entre ellos uno debía cesar en el cargo para seguir Don Andrés Scala”.