Una avenida de Asunción lleva el nombre del General Artigas, quien se asiló en Paraguay luego de ser vencido y traicionado en defensa de su tierra

Como continuación a la serie de entregas sobre los nombres de las calles de Asunción y la historia que encierra cada una de esas denominaciones, elaborada por la señora Evanhy de Gallegos, se darán detalles sobre una avenida que lleva el nombre del General José Gervasio Artigas, prócer de la nacionalidad uruguaya.

Por la Ordenanza N° 1.680 del 10 de septiembre de 1926, se dispuso que esta arteria se inicie en la avenida España al oeste y se desplace hasta el Jardín Botánico.  Esta avenida recorre los barrios San Blas, Las Mercedes, Jara, Virgen de Fátima, San Rafael, Virgen de la Asunción y Santísima Trinidad.

El General Artigas dejó una profunda huella de su paso como exiliado en el Paraguay.  Llegó vencido por los portugueses y traicionado por sus antiguos aliados de la Liga Federal que fundó.

Su inacabable lucha fue por defender su tierra de la Banda Oriental y establecer un gobierno de confederación para las provincias liberadas del poder español. 

Los puerteños (porteños), también fueron sus enemigos.

Y justamente una de las avenidas más importantes de Asunción, lleva su nombre, que fue denominada, primeramente, por Don Carlos Antonio López, como calle de los Arroyos.

Más datos sobre su vida

José Gervasio Artigas nació en Montevideo el 19 de junio de 1764, hijo de Martín José Artigas y Francisca Antonia Arnal, pertenecientes a la aristocracia de servicio de los que defendieron con las armas los dominios del Rey de España en América.

Su abuelo, Juan Antonio Artigas, en España, luchó a las órdenes de Felipe V y cruzó el Atlántico, huyendo de la miseria de su tierra.

José Gervasio Artigas defendió la independencia de su país contra el poder español y el de Portugal, en sus invasiones para extender y conservar sus dominios en la Banda Oriental.

También tuvo que luchar contra los porteños, que tenían el objetivo de reemplazar el Virreinato del Río de la Plata, por un gobierno en el que Buenos Aires reemplazara el poder español en Las Provincias Unidas del Sud.

El 10 de octubre de 1811, el Virrey español Elio negoció la paz con el Triunvirato de Buenos Aires, a cambio de que no estorbaran la reapertura del puerto de Buenos Aires.  El compromiso porteño fue no involucrarse en la lucha contra los españoles de la Banda Oriental.

El virrey Elio, inclusive, pidió ayuda a los portugueses, con el consentimiento porteño, para que invadieran la Banda Oriental y le dieran su apoyo contra los revolucionarios independentistas, dirigidos por José Gervasio Artigas.

Esta traición de Buenos Aires fue mal recibida por los habitantes del actual Uruguay.

Los habitantes de Buenos Aires, que privilegiaron sus negocios en el Puerto y la Aduana, fueron conocidos como “puerteños”, lo que derivó en el término PORTEÑOS, que hoy se utiliza para los oriundos de la capital de Argentina.

Debido a esta traición, Artigas se puso al frente del éxodo de la caravana de familias orientales en rebeldía, que lo siguieron hacia el norte, en 552 kilómetros, en 64 días.  Esta travesía se conoce como “la redota”, deformación del vocablo “derrota”.

La redota o el éxodo es el origen de la formación del sentimiento nacionalista uruguayo.

La caravana estaba conformada por unas 8.000 personas, en total se habla de 16.000 personas y 846 carretas, que llegaron hasta Salto, actual localidad uruguaya, frente a Concordia de Argentina, a orilla del arroyo Ayui que desemboca en el río Uruguay.

En septiembre de 1812, José Gervasio Artigas regresó a Montevideo para continuar el proceso revolucionario y de hostilidades al gobierno de Buenos Aires, que al capitular las fuerzas españolas ocupó Montevideo.

Artigas formó la Liga Federal con líderes del litoral, proclamando un gobierno de Confederación.  

En 1816 los portugueses invadieron la Banda Oriental y a Artigas le cupo organizar la resistencia.

En 1818 Artigas luchaba contra los portugueses y contra la complicidad de Buenos Aires.

Los pueblos del litoral: Santa Fe, Corrientes, Misiones, Entre Ríos, incluso Córdoba, le acompañaban.

En 1820 fue derrotado por los portugueses en la batalla de Tacuarembó y tuvo que abandonar la Banda Oriental, dirigiéndose al litoral.

Ese año triunfaron las fuerzas federales de la Liga Federal sobre las de Buenos Aires, en la batalla de Cepeda.

Y aunque se firmó el tratado del Pilar entre Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, la Banda Oriental, Corrientes y Misiones, a José Gervasio Artigas no le dieron participación.  Perdió su liderazgo al perder las batallas, ante el avance portugués sobre la Banda Oriental.

Incluso fue derrotado por las fuerzas de Francisco Ramírez, su antiguo aliado, el gobernador de Entre Ríos, en sucesivas batallas, con quien tuvo diferencias irreconciliables.

Vencido y traicionado, tuvo que refugiarse en Paraguay, donde ingresó el 23 de septiembre de 1820, gracias al gobernante paraguayo Doctor José Gaspar Rodríguez de Francia, quien inauguró con Artigas, el Derecho al Asilo en América.

Los 40 hombres de color que le acompañaban, fueron destinados a vivir en libertad en Laurelty, donde sus descendientes hasta ahora permanecen.

Artigas fue hospedado, en primera instancia, en Asunción, en el Convento de la Merced.

Algunas de las paredes del Colegio de Enseñanza Media Diversificada (E.M.D.) Presidente Franco, en las actuales calles General Díaz entre Independencia Nacional y Nuestra Señora de la Asunción, todavía son las originales del histórico edificio.

Se cuenta que Artigas, asomado a una de las ventanas del convento, hoy convertido en aulas, contemplaba la vida alrededor del Mercado Guasu.  

Fue trasladado a San Isidro de Curuguaty con 30 pesos de pensión, lo que para la época era un salario importante.

Se dedicó a labrar la tierra y se convirtió en un benefactor del pueblo, que donaba su pensión a quien lo necesitaba.

Cinco años después de llegar, conoció a Clara Gómez Alonso, quien se convirtió en pareja del general Artigas y le dio un hijo, al que llamaron Juan Simeón, que llegó a ser hombre de confianza del Mariscal Francisco Solano López, con el cargo de teniente coronel, luchando en la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay.

José Gervasio Artigas tuvo siete parejas, cada una en las circunstancias de su vida, siempre en campamentos de campaña.

La primera fue Isabel Sánchez.  Estuvo casado con su prima Rosalía. En total tuvo 13 hijos.

Sus descendientes paraguayos, Lidia Pérez Gómez, tataranieta de Artigas, y su hijo Edgar Rene Degen Pérez, son reconocidos en el Uruguay por ser sus descendientes.

Después de residir 30 años en el Paraguay, falleció en la quinta Viana – Carrillo – López, actual Jardín Botánico y Zoológico de Asunción, a donde fue trasladado por el presidente Carlos Antonio López, ocupando una casa en la entrada de la quinta.

Don Carlos, que redactaba en el periódico El Paraguayo Independiente, estaba muy interesado en las largas charlas donde Artigas contaba de esos primeros años de las luchas independentistas y su relación con “los puerteños” de Buenos Aires.

Su hijo, José María, vino a buscarle y permaneció tres meses tratando de convencerle de retornar al Uruguay, donde ya no quiso regresar.

El 23 de septiembre de 1850, a los 86 años, falleció. 

La casa donde vivió, reconstruida y convertida en Museo y Biblioteca, en un barrio de Curuguaty, mantiene la infraestructura original y es un lugar de permanentes visitas tras la historia de Artigas.

La casa donde residió, en la entrada del Jardín Botánico y Zoológico de Asunción, fue inaugurada como Escuela Solar de Artigas el 28 de abril de 1924.  Es la única escuela pública del Uruguay fuera de su país. 

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