El Palacete de Venancio López Carrillo de 1863 es hoy uno de los hoteles que vio pasar la historia de Asunción

Continuando con la serie sobre edificios históricos, que constituyen joyas y tesoros que aún posee Asunción, elaborada por la señora Evanhy de Gallegos, se destaca el Palacete de Venancio López, actual Asunción Palace Hotel, ubicado en la esquina de Colón y Estrella.

A partir de 1860, los hijos del presidente de la República Don Carlos Antonio López y su esposa Juana Pabla Carrillo, mandaron construir palacetes proyectados por el arquitecto Alejandro Ravizza, contratado para dar una nueva imagen a la ciudad de Asunción.

El arquitecto Ravizza les construyó residencias en el estilo en boga en Europa de aquella época, a las familias de nivel social acaudalado, como era la familia López Carrillo.

Tres de estos edificios persistieron en el tiempo,  a pesar de la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay, que truncó las construcciones, y éstos hoy permanecen otorgando identidad a la capital de la República.

Uno es justamente el actual Asunción Palace Hotel, que integra el catálogo de Edificios y Sitios de valor patrimonial, por la Ordenanza Nº 35/96.

Fue mandado edificar por Venancio López Carrillo en 1863, para la vida en común con los hijos que tuvo con su novia Manuela Otazú Machaín, reconocidos con el apellido López.

El primer hijo de la pareja, Venancio Victor López Otazú, nació el 21 de febrero de 1862.

Luego nació Carlos Antonio López Otazú y el 11 de agosto de 1865, en Asunción, nació Ercilia López Otazú.

La guerra se inició en 1864, por lo que apenas producido el nacimiento de la niña, Manuela Otazú decidió salir del país.

Se refugió en Buenos Aires, ciudad de la que volvió al terminar la guerra y la ocupación en 1876.

Manuela Otazú formó a sus hijos en Buenos Aires.  Los niños no llegaron a conocer el palacete que su padre mandó construir para la familia, hoy Asunción Palace Hotel.

Venancio López Carrillo era el hermano del Mariscal Francisco Solano López que tenía buenas relaciones con su pareja, Elisa Lynch.

Fue el padrino de bautismo de uno de sus hijos,  Miguel Marcial López Lynch.

La guerra arrastró a Venancio López en la conspiración contra el Mariscal por su cargo de comandante militar de Asunción.

Y a pesar de la inflexibilidad para con los acusados, Solano López solicitó “se le alivie o conmute la pena”.

El Consejo de Guerra, el 18 de diciembre de 1868, dictaminó 10 años de destierro para Venancio López Carrillo.

En una carreta, prisionero, siguió los avatares de la guerra, acompañando la caravana del resto del ejército de soldados, mujeres y niños que siguieron al Mariscal.

En la marcha con destino a Cerro Corá, entre el 12 y 13 de febrero de 1870, en la picada de Chirigüelo, murió por los golpes que le produjo un oficial que debía vigilarlo.

Por más que el entonces coronel Patricio Escobar, enviado por el Mariscal para investigar y buscar al culpable de haberle golpeado, no lo encontró.  Desertó.

Venancio López Carrillo fue sepultado a la vera del camino del Chirigüelo.

Sus hijos, después de 1876, alternaban su estadía entre Asunción y Buenos Aires, luego del retorno con su madre Manuela Otazú Machaín.

Uno de ellos, Venancio Víctor López, se casó con la hija del presidente de la República, Don Higinio Uriarte.

Carlos Antonio López Otazú se casó, en Buenos Aires, con Isabel Blomberg Nelson.  Tuvieron seis hijos y uno de ellos fue bautizado como Francisco Solano López, en homenaje al héroe, su tío.

Ercilia López Otazú se casó en Buenos Aires en 1886, con el ingeniero Pedro Blomberg Nelson.  Fue escritora, autora de “Don Inca”, donde narró el pasado dramático de su familia.

Su hijo Pedro Blomberg López, argentino, fue novelista y poeta.

Ercilia falleció en Asunción en 1962, a los 97 años.  Carlos Antonio y Ercilia estaban casados con dos hermanos Blomberg.

Durante la ocupación de Asunción en 1869, el palacete construido por Venancio López Carrillo se convirtió en Hospital de la Marina Brasilera.

Por más que la propiedad fue confiscada en la ocupación, recién consiguió venderse durante el gobierno del general Bernardino Caballero y se convirtió en Hotel Cosmos.

Venancio Víctor López Otazú, graduado abogado, volvió al Paraguay convocado durante el gobierno del general Patricio Escobar en 1886, quien había buscado, sin éxito, en febrero de 1870, al causante de los golpes que hicieron que falleciera su padre.

Fue miembro del Tribunal Superior de Justicia.  Después fue nombrado canciller nacional durante el gobierno de Juan Gualberto González, en 1890.

Otro de los cargos que tuvo fue el de ministro de Justicia, durante el gobierno de Emilio Aceval, en 1898, además de ministro de Instrucción Pública, parlamentario y decano de la Facultad de Derecho de la UNA.

Cuando tuvo lugar la revolución de 1904, debido al cambio político y el ascenso al poder del Partido Liberal, Venancio Víctor López Otazú volvió a Buenos Aires, donde falleció el 26 de marzo de 1927.

Refiere la historia que en el Hotel Cosmos se estrenó el nuevo ritmo musical paraguayo, la guarania, creada por José Asunción Flores.

En una noche del caluroso mes de enero de 1926, en la terraza del Hotel Cosmos, durante una cena en la que el presidente de la República, doctor Eligio Ayala, compartía con sus amistades, el trío de músicos extranjeros: Brand, Kamprad y Pensiunka, a quienes el joven músico, José Asunción Flores, había dado la partitura de la guarania Jejui, resolvieron estrenarla.

Cuando la orquesta dejó escuchar los primeros sones, se produjo un silencio total.  El ritmo de la guarania emocionó a los presentes.

Aplaudiendo de pie, el presidente Eligio Ayala preguntó quién era el autor.  Dijo: “Nunca he oído esta música. ¿Es algo nuevo?”. “¿Quién es el autor?”.

Le respondieron: “Se llama José Asunción Flores, un muchacho talentoso. Se trata de un compositor de la Banda de Música de la Policía”.

Eligio Ayala pidió bis.

Felizmente, la propietaria del hotel mantiene en excelentes condiciones el histórico edificio.

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