Para obras de desagüe pluvial de la avenida General Santos utilizan tuberías de gran resistencia

Las tuberías colocadas desde la zona límite de los municipios de Asunción y Lambaré, para la canalización de las aguas de lluvia, son fabricadas de un material plástico reforzado con varillas de fierro y especialmente preparados para obras de desagüe pluvial, que pueden soportar un gran peso.

Cabe destacar que la colocación de estas tuberías se realiza en el marco de la obra de desagüe pluvial, mejoramiento vial, ambiental e inclusivo de la avenida General Santos, en su segunda etapa, que partió del mismo lecho del arroyo Lambaré, que lleva adelante la Municipalidad de Asunción, a través del Consorcio Pavimento Urbano, mediante una inversión de 25.000 millones de guaraníes.

El director de Obras Municipales, ingeniero Antoliano Benítez, dijo este martes 29 de agosto que en el terreno se hicieron grandes excavaciones, de más de 5 metros de profundidad, para albergar los tubos de plástico que reúnen una sofisticada tecnología en su fabricación.

“Se va innovando para mejorar.  Los tubos son de un material plástico durísimo, que van reforzados con varillas de hierro y tienen una gran resistencia al peso. Ahora entramos en la zona de grandes excavaciones y  ojalá que las condiciones del tiempo nos ayuden, justamente porque se tienen raudales muy peligrosos. Y en la medida que se va cavando se van colocando los caños”, agregó.

Respecto a la nueva modalidad de las tuberías que en esta obra no son de hormigón, sostuvo que las mismas reúnen todas las características para emprendimientos de esta naturaleza, porque son de una mayor tecnología.

“Son tubos gigantescos, en este caso de unos 2,5 metros de diámetro, se puede avanzar mucho más rápido ya que son largos. Se usan los que tienen 17 metros, que se pueden cortar a la altura que sea necesaria, en especial cuando hay curvaturas en el trayecto”, especificó.

Terreno arenoso

A su turno, el ingeniero Martín Ojeda, coordinador general de Fiscalización de Obras,  indicó que en estos momentos se trabaja en una zona arenosa que facilita el desmoronamiento.

“Justamente estamos en una parte crítica, en la bocacalle de las calles Vianney y Morquio.  En este punto, el terreno tiene un comportamiento  un poco diferente, ya que es arenoso. Esta situación obliga al Consorcio Pavimento Urbano, a cargo de la obra, en su segunda etapa, a realizar un entibado para contener posibles desmoronamientos  laterales del terreno, donde van los tubos”, señaló.

“El trabajo debe ser muy preciso ya que una simple vibración puede significar complicaciones con el terreno.  En este caso se hace el entibado discontinuo, donde para proteger la zona colocan una planchas de hierro  que se clavan hasta el fondo para evitar que se produzcan los desmoronamientos de suelo”, concluyó.

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