El Palacio Benigno López, actual Cancillería, ostenta su opulencia en una céntrica calle capitalina

Sobre la calle Palma, en su esquina con 14 de Mayo, el Palacio de Benigno López, actual Cancillería Nacional, es uno de los edificios del siglo XIX más importantes de Asunción.

Es reflejo de una época de prosperidad, que le fue truncada al pueblo paraguayo por una guerra ambiciosa, donde tres países se unieron para su enajenación.

De ese tiempo, el Palacio de Benigno López integra el catálogo de Edificios y Sitios de Valor Patrimonial de Asunción, por la Ordenanza Nº 35 de 1996.

Benigno López Carrillo fue el menor de los hijos del Presidente Carlos Antonio López y Juana Pabla Carrillo.  Nació en 1834, en la casa de sus abuelos paternos en Manorá.

Al igual que sus hermanos mayores, tuvo una excelente educación.

Fue un joven adinerado que, para 1852, ya era secretario de la Presidencia de la República y, en ese carácter, acompañó a su hermano, el general Francisco Solano López Carrillo, en misión oficial a Europa.

En la familia López, los hijos varones tuvieron más de una pareja e hijos reconocidos y no, pero nunca se casaron.

Las dos hijas mujeres, ambas viudas durante la guerra, en la noche del 1 de marzo de 1870, en Cerro Corá,  terminaron en la cama de los jefes brasileros.

Gracias a uno de ellos, el Palacio de Benigno López pudo seguir perteneciendo a la familia López Carrillo.  Rafaela López pasó la noche y los siguientes días, elegida por el capitán Acevedo Pedra. Inocencia López, con el Gral. José Antonio Correia Da Cámara.

Este señorial edificio no llegó a ser ocupado por el hijo de Don Carlos, pero se salvó del embargo aliado de 1870, por la protección que le dio el esposo brasilero de Rafaela quien, en la noche sangrienta de nuestra historia en Cerro Corá, se enamoró de la hermana del Mariscal.

Benigno López, en los felices días antes de la guerra, tuvo dos parejas.  La oficial, presentada como si estuvieran casados, era Justa Petrona Decoud Eguzquiza.  

Y aunque los Decoud siempre fueron enemigos críticos de Don Carlos Antonio López, debido al fusilamiento de dos miembros de su familia por atentar contra Don Carlos,  tuvieron tres hijos: María Higinia Reodolina, Angela Adelina y Arsenio, nacido en 1868, a quien no pudo conocer por estar en prisión y ser fusilado por “traición a la patria”, el 21 de diciembre de 1868, en la entrada de Potrero Mármol, en Lomas Valentinas.

Benigno había confesado la conspiración contra su hermano el Mariscal, en el cual estaban involucradas también su madre Juana Pabla Carrillo y sus hermanas Rafaela e Inocencia.

Gracias a la intervención de Elisa Lynch, Justa Petrona Decoud, quien acompañaba a Benigno, obtuvo un salvoconducto para abandonar San Fernando y más cien mil pesos fuertes con los cuales, en 1869, adquirió una casa en la calle Suipacha al 500 en Buenos Aires, donde vivió con sus hijos.

Para entonces, el Palacio de Benigno López estaba en etapa de terminación.

Benigno había adquirido el terreno donde fue erigido sobre la calle Palma, en 1859, y mandado proyectar y construir por el arquitecto  Alejandro Ravizza.

Rivalizaba en belleza con el actual Palacio de Gobierno, construido para residencia de su hermano, el general Francisco Solano López.

A una cuadra, sobre la calle Palma, también mandó construir un palacete para su pareja, Justa Petrona Decoud y sus hijos, que es el actual hotel Palma Roga, construido también por el arquitecto Ravizza.

Detalles de cómo se salvó del embargo

El Palacio de Benigno López también estuvo en la lista de embargos, ya que había sido heredado por su madre, Juana Pabla Carrillo, viuda de Don Carlos Antonio López y las dos mujeres, que fueron botín de guerra de la noche de Cerro Corá.

Rafaela López Carrillo, pareja del capitán brasilero, auditor de guerra y abogado Milciades de Acevedo Pedra, terminó casándose con él.

Gracias a Acevedo Pedra se salvó la propiedad que había sido de Benigno López.  Cuando murió Juana Pabla Carrillo, viuda de López en 1871, las hijas reclamaron la herencia de la madre y nuevamente el edificio estuvo a punto de enajenarse.

Acevedo Pedra hizo que un amigo influyente, Ponciano Guimaraes, pariente del general José Da Silva Guimaraes, jefe de la ocupación brasilera, lo comprara y, dos años después, Pedra lo volvió a adquirir para su esposa Rafaela, que para entonces ya era madre de Pompilio Pedra López.

En 1875, lo alquilaron como hotel al empresario catalán Pedro Grau, que lo transformó en un bello edificio, el Hotel Hispano Americano.

En 1891 falleció Rafaela López de Pedra y el edificio pasó a manos de su viudo, Milciades Augusto de Acevedo Pedra quien, en 1893, lo vendió al empresario catalán Pedro Jorba.

Durante la Guerra del Chaco el edificio se utilizó como hospital.

En 1937, la familia Jorba lo alquiló a Eduardo Yubero, quien lo convirtió en Hotel Colonial.

Años después pasó a manos de Genaro Escudero.

En 1969, el Hotel Colonial se cerró y los herederos de Jorba lo vendieron al Banco de Asunción S. A.

El 3 de mayo de 1976, la Municipalidad de Asunción autorizó “la demolición, construcción, refacción y ampliación del edificio, sin que sufriera deterioro el valor histórico y artístico de la construcción”.

Además de una torre desde la galería, se construyó en el subsuelo un estacionamiento.

El Banco de Asunción se inauguró el 14 de mayo de 1977.

El año 2003, el edificio fue adquirido por el gobierno de la República de China Taiwán y éste lo donó al Ministerio de Relaciones Exteriores, para destinarlo a Cancillería Nacional.

El 7 de noviembre de 2003, una vez reacondicionado el edificio y recuperada la puesta en valor por el excelente equipo de profesionales, a quienes encargó el trabajo la entonces canciller Leila Rachid, fue inaugurado por el presidente de la República Nicanor Duarte Frutos.

Parte del gran trabajo de recuperación estuvo a  cargo de la Escuela Taller de Asunción.

La historia de este edificio es demasiado rica, por venir de un tiempo de esplendor del Paraguay que, abruptamente, se cortó debido a la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay.

El hijo de Benigno López, Arsenio López Decoud, educado y formado en Buenos Aires, al volver a Asunción fue periodista, político e Intendente de la ciudad de Asunción.

Ocupó bancas de senador y diputado de Nación. Tuvo una breve participación en la Revolución de 1904 y luego se convirtió en uno de los destacados dirigentes del Partido Colorado, en la Junta de Gobierno de la ANR (Asociación Nacional Republicana) que presidió.

Su obra más conocida es el Álbum Gráfico de 1911.  

Llevó con orgullo el apellido López y fue un defensor del Mariscal Francisco Solano López, su tío.  Supo comprender la encrucijada histórica que envolvió a su familia en el vendaval de la guerra.

La familia Decoud dejó de pertenecer a la Legión, cuando se enteraron del Tratado Secreto de la Triple Alianza.

El edificio patrimonial está en pie después de sobreponerse a los sentimientos impregnados en las paredes, de los personajes que lo hicieron posible.

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